2016: el año en que la difteria reapareció y mató en Bolívar

El resurgimiento de la enfermedad se manejó entre los intentos gubernamentales por silenciarlo y la voz de los médicos públicos que contrarrestaron el cerco informativo. 

Ciudad GuayanaHasta ese momento, septiembre de 2016, el año no había marchado bien para el estado Bolívar. Los problemas se dividían entre la agudización de la escasez, el avance del paludismo en zonas rurales y urbanas y en una masacre en una mina que puso a Tumeremo en el ojo noticioso internacional.

Todo eso ocurrió entre marzo y julio. Pero no era lo único grave, la mortandad también tenía otra firma. Y más: el Gobierno, a través del Ministerio para la Salud, lo sabía.

Se conoció meses después, cuando médicos del hospital Doctor Raúl Leoni, en San Félix —más conocido como hospital de Guaiparo— decidieron hablar, no sin antes prometer que sus nombres no serían revelados: en abril, la difteria reapareció en el municipio Sifontes. Para septiembre, había matado a 17 niños.

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El bombazo tuvo dos coincidencias: la primera, un informe de la Sociedad Venezolana de Salud Pública y la Red Defendamos la Epidemiología. Allí se hablaba de la muerte de tres niños por la enfermedad. Pero no eran tres: los médicos de Guaiparo hablaron de 17.

La segunda coincidencia fue la visita de la coordinadora del Programa Ampliado de Inmunización de MinSalud, Marisol Escalona, quien reunió a los médicos públicos de Ciudad Guayana para emitir una orden: de la difteria no se hablaba porque no se podía dañar (más) la imagen de la revolución. 

Silencio inútil

Con todo, no sirvió la orden. Los médicos que denunciaron descolocaron al Gobierno, que tuvo que activar un plan de vacunación masivo en el estado Bolívar. A finales de septiembre, más de 20 niños habían muerto por difteria en la entidad y a comienzos de octubre, la cifra, solo allí, fue de 23.

El Instituto de Salud Pública, ente dependiente de la Gobernación de Bolívar, y el gobernador Francisco Rangel Gómez, admitieron en un primer momento 13 casos, cinco de ellos mortales.  Luego hubo distorsiones entre las versiones: el secretario de gobierno regional, Teodardo Porras, dijo que no había ningún muerto por difteria. Después de esto, nada se aclaró.

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Lo que sí quedó patente fue que los planes que se esbozaron en un principio para combatir la enfermedad no fueron los adecuados. Eso a juzgar por el sexto informe de la Sociedad y de la Red, publicado a finales de noviembre donde indicaban que en el país había más de 200 casos de la enfermedad, diseminados en seis estados: Monagas, Sucre, Anzoátegui, Apure, Bolívar y Miranda.

Pero, si el Gobierno habló de jornadas masivas de vacunación, ¿por qué la enfermedad se expandió? La respuesta es simple: no se cubrió suficientemente la dosis de penta 3.

Entonces, nada está controlado. Sí está, en cambio, silenciado. De seguir así, la difteria podría dar de qué hablar en 2017, porque se expandió y porque mató más gente.

Foto: Cortesía Correo del Caroní


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