Deportistas contaron que ven desde robos de bicicletas hasta arrebatos de celulares en el parque. Confesaron que prefieren no llevar nada para hacer ejercicios, para no llamar la atención

Shaylim Castro/@ShayC_

Caracas. “Vengo al parque sin nada de valor, solo con mi vida”, dijo de manera muy tajante Enrique García, para referirse a la inseguridad del parque Los Caobos. Y sentado bajo la sombra de un árbol, junto con su esposa Mónica Dávila, no pierden de vista a sus dos hijos, de ocho y 12 años, mientras manejan bicicleta.

A simple vista no llevan pertenecías, solo un par de bicicletas y los termos de agua, que colocan en el suelo. Y siempre lo han hecho así por lo cerca que queda su casa, en La Candelaria.

Hace aproximadamente dos meses Enrique escuchó unos disparos que venían a las afueras de las instalaciones, presuntamente de la plaza Los Museos. Y aunque no supo exactamente qué sucedió tuvo muchísimo miedo porque vio a todo el mundo corriendo hacia el parque, para resguardarse. “Aquí he visto robos de celulares y bicicletas con pistola en mano. No contamos con seguridad”.

Por esa razón quisiera que las instalaciones contaran con vigilancia interna, pues de las veces que ha visitado el lugar no ha visto funcionarios de ningún tipo.

Venta de drogas a plena luz del día

Pero la preocupación de su esposa Mónica viene desde afuera. Ya en horas de la tarde muchos jóvenes que se reúnen en la plaza Los Museos y entre patinetas, y conversaciones, llega el olor a marihuana. Este escenario es lo que más miedo le da, por sus pequeños hijos.

Contó que en más de una ocasión ha visto cómo venden drogas a plena luz del día, cuando a su parecer el parque Los Caobos y la plaza son lugares de recreación normalmente para los más pequeños de la casa. Varias veces ha debido hablar con sus hijos y poderles explicar “lo bueno y lo malo” que encuentran en ese lugar.

Presencia de jóvenes, algunos fumando, preocupan a los padres que llevan sus hijos al parque

Deportistas toman previsiones

El parque cuenta con instalaciones que la gente aprovecha para hacer ejercicio, aunque en ocasiones deben esperar su turno para utilizarlas. Sin embargo, otros usan los caminos para trotar y los más pequeños aprovechan los amplios espacios para jugar beisbol, bajo la mirada de sus papás.

Y en cada uno la imagen es la misma: pocos llevan  pertenencias, solo un termo de agua y algún cambio de ropa, debido a la inseguridad. Casi nadie se queda en el parque cuando cae la noche, mientras a la plaza Los Museos se llena de muchachos patinando o consumiendo drogas.

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Consumo de drogas en la plaza de Los Museos aleja a visitantes

Fotos: Angeliana Escalona/Cristian Hernández


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