Actuación de las FAES atemoriza a comunidades populares de la Gran Caracas

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Algunos vecinos del oeste y del este de Caracas se atreven a informar con la esperanza de que se conozca lo que están padeciendo. Sospechan que miembros de consejos comunales ofrecen información a los funcionarios sobre los que participan en las protestas. Varios jóvenes han sido detenidos, algunos liberados y otros permanecen desaparecidos

Caracas. El 23 de enero, en horas de la noche, las cacerolas se fueron multiplicando progresivamente por distintos sectores de la ciudad y tras ellas se activaron las acciones de calle contra el gobernante Nicolás Maduro, protagonizadas mayormente por jóvenes. Acto seguido, se presentaron en algunas zonas de protestas, no los cuerpos policiales preparados para el control de manifestaciones, sino los efectivos de las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana (FAES).

Vecinos de La Vega, El Valle, Petare, Carapita, El Junquito, Catia (El Amparo, Boquerón, Niño Jesús, Lomas de Urdaneta) denuncian que las FAES llegan trajeadas de negro, en motos, camionetas o tanquetas, apuntando a todos lados con sus armas de fuego, disparando, deteniendo arbitrariamente y golpeando a los jóvenes que encuentren en el camino, mandando a cerrar comercios. Entran a las viviendas sin orden de allanamiento, revisan celulares, obligan a los detenidos a dar información sobre la ubicación de otros jóvenes, obligan a los vecinos a encerrarse en sus hogares.

Estábamos caceroleando con muchas personas de la comunidad. Con nosotros estaban como 10 u 11 muchachos. Empezamos como a las 8:00 p. m., y como a las 10:30 p. m. llegaron ellos y comenzaron a disparar, eran muchos disparos. Los nervios nos atacaron y muchos nos resguardamos, y luego, cuando venimos a ver, cinco de los muchachos que estaban con nosotros no aparecían, narró una de las vecinas de las zonas donde ha actuado las FAES.

Esa misma vecina —cuyo nombre y lugar de procedencia se resguardan por motivos de seguridad— dijo que el pasado jueves casi nadie salió a trabajar por temor y que, durante todo el día, la gente estuvo muy pendiente de los muchachos desaparecidos, mientras los familiares de los mismos “los buscaban por todos lados”.

Los dos menores de edad [16 y 17 años] aparecieron hoy [25 de enero]. Se los entregaron a las familias a las 3:40 de la madrugada, y están todos golpeados, con moretones, y fueron amenazados para que no hablen ni vuelvan a protestar, dijo la fuente. “Los otros tres continúan desaparecidos, sus motos están en casa, y no contestan sus teléfonos celulares”.

Otro de los consultados aseguró que las FAES estuvo en distintos sectores de Catia este jueves 24 de enero desde muy temprano. “Bajaban y subían a cada rato en sus motos. Emboscaron a un grupo de jóvenes, les revisaron los celulares y los obligaban a dar información sobre otros jóvenes que han participado en las protestas”.

“Es importante hablar, dar a conocer lo que estamos viviendo, porque estamos como perdidos en el espacio; no podemos decir nada, no podemos protestar. Y son nuestros jóvenes, es nuestro país, y nos duele”, dice otra de las consultadas.

Ante los señalamientos de que las acciones de calle son actos de vandalismo, los vecinos reconocen que algunos de los participantes no protestan con conciencia, sino que lo hacen porque se dejan llevar por el momento. Sin embargo, aseguran que la mayoría ha pasado hambre, ha visto emigrar a familiares y amigos, ha perdido seres queridos por la crisis de salud, no puede alimentar bien a sus hijos o no puede ni comprarse un par de zapatos.

Hay chamos que no tienen conciencia, que son inmaduros y que no saben nada de la política y actúan porque ven a otros protestando, pero también están protestando chamos sanos, trabajadores, que uno ha visto crecer; no es justo que se los lleven detenidos así; creemos que las juntas comunales están informando a la policía sobre quienes son los muchachos que están protestando; nuestros propios vecinos entregándonos, reflexiona vecino un vecino de Petare.

“Desde su creación, la actuación de las FAES ha sido contraria a los DD. HH.”

“Desde que las FAES fueron creadas, su actuación ha sido contraria a los Derechos Humanos. Es un escuadrón de la muerte que realiza ejecuciones policiales, allanamientos sin orden judicial, torturas. Hay que destacar que para enfrentar las protestas, se está usando un grupo élite que tiene un prontuario de violaciones de Derechos Humanos”, así lo afirma el activista de DD. HH., Marino Alvarado.

A juicio de Alvarado, las FAES tienen la particularidad de que actúan en un país donde no hay un Ministerio Público (MP) ni una Defensoría del Pueblo que puedan ejercer control institucional sobre sus acciones. Este grupo comando no está preparado en lo más mínimo para el control de manifestaciones y orden público. La PNB tiene un componente preparado para dicha tarea, que maneja criterios para el Uso Progresivo y Diferenciado de la Fuerza [UPDF].

Esta actuación de las FAES en el ámbito del orden público estaría violando la Ley Orgánica del Servicio de Policía y Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana, en lo que respecta al control de manifestaciones, así como las Normas sobre Actuación Policial para garantizar el Orden Público (Napop), emanadas del Ministerio para Relaciones Interiores, Justicia y Paz.


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