Adolescente apuñalado se desangró en el barrio El Limón porque nadie lo ayudó

Un menor de 15 años fue asesinado la madrugada del sábado en la carretera vieja Caracas-La Guaira, durante una fiesta a la cual acudió con un amigo, a quien no han localizado después del homicidio.

Caracas. El cadáver de Carlos Eduardo González Torrealba, de 15 años, estuvo tendido alrededor de ocho horas en el barrio El Limón, de la carretera Caracas-La Guaira, el sábado. Nadie lo ayudó ni lo trasladó a un hospital cercano luego de que le dieran ocho puñaladas por la espalda, en una fiesta a la 1:00 am. Murió desangrado. El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) llegó a las 9:00 am solo a retirarlo.

Sus padres se enteraron porque un compañero de trabajo, residente de El Limón, pasó por ese lugar y lo vio tirado en el sector La Carreta. Llamó al abuelo materno de Carlos Eduardo para avisarle y la mala noticia corrió por toda la familia. Le robaron todas sus pertenencias.

Su mamá estaba completamente devastada. La mañana de este lunes llegó a la morgue de Bello Monte hecha un mar de lágrimas, destrozada por el asesinato de su único hijo. Un muchacho que estaba a su lado la abrazó, cuando la señora rompió en llanto al recordar la imagen del adolescente golpeado en la cara. “Le pegaron mucho por el ojo y le dieron puñaladas. ¡Pobre de mi muchachito!”, dijo llorando y cubriéndose la cara, para secar el llanto.

La última vez que vieron al adolescente fue el viernes 14  de octubre, a las 10:00 am, en la plaza Catia, con un compañero de trabajo, el mismo que lo invitó a la fiesta y quien ahora no aparece. De acuerdo con información que maneja su papá, este hombre tenía tres días de haber salido de la cárcel y sospecha que está involucrado en el homicidio.

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La víctima estuvo desde el miércoles en casa de su papá, en La Guaira, estado Vargas, y ese día temprano subió a Caracas porque iba a buscar ropa y luego se regresaría a pasar el fin de semana con él.

“No sé qué pasó, a lo mejor ese amigo le dijo para ir a esa fiesta, que iban mujeres, qué sé yo. Ahorita los jóvenes están muy alumbrados. Quiero averiguar quién mató a mi hijo, el muchacho que se lo llevó para El Limón no ha dado la cara y no sabemos quién es”, sostuvo el papá, Carlos González.

No descarta que quizá Carlos Eduardo haya peleado con alguien, pues siempre estaba listo para una réplica y pudo haber discutido en la fiesta.

El menor de edad había dejado los estudios y luego de año y medio los retomó. Este lunes comenzaba a cursar primer año de bachillerato, en el liceo Jesús Obrero del 23 de Enero, donde lo inscribió su mamá.

Trabajaba como caletero en el mercado de Catia. Vivía con su madre en Plaza Venezuela y todos los fines de semana se iba a la residencia de su padre en La Guaira.

“Yo lo aconsejaba mucho, le decía que tenía que estudiar. A esa edad los muchachos están muy acelerados”, expresó.


Colecta de dinero para el velorio

Este 17 de octubre los padres de la víctima estaban en la morgue de Bello Monte, culminando los trámites para el velorio. Tuvieron que reunir el dinero entre los familiares porque les salía muy costoso.

“Son 400.000, pero ya resolvimos. Mi hermana me prestó, yo puse una parte y así fuimos reuniendo el dinero. Lo vamos a enterrar en el Cementerio del Sur que es donde se puede”, contó el padre del joven.

Además les resultó difícil conseguir una funeraria que aceptara velar a una víctima de homicidio, pues son pocas las que lo permiten por seguridad. “Por fortuna tuvimos a una persona conocida que nos pudo ayudar con eso, porque si no siguiéramos buscando un sitio”, apuntó González.

Añadió que la inseguridad está cada vez más crítica y la presa constante siempre son los más jóvenes: “Esto está descontrolado, no hay remedio. La juventud también debería tomar conciencia a la hora de ir a una fiesta, porque no saben que ya las cosas no son como antes y pueden matarlos. No hay derecho de quitarle la vida a otra persona”.

Foto: Yohana Marra


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