Vecinos del sector Los Mangos de El Cementerio, protestaron martes y miércoles para exigir justicia por el asesinato de Pablo Tovar, de 14 años, quien tenía condición especial. Señalaron a funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana.

Caracas. “El Catire” —así lo llamaban los vecinos— estaba en una platabanda cuando funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) llegaron al barrio Los Mangos, en El Cementerio, a las 10:00 a.m. del martes 11 de julio. Trató de correr, por miedo a que lo golpearan, pero cuando dio la vuelta recibió dos disparos.

Pablo José Tovar Márquez, de 14 años, bajó corriendo del techo de zinc y cayó herido en la casa de uno de sus hermanos mayores, donde lo abrazó su hermanito de 13 años, quien recuerda que ya estaba sangrando por la boca.

“Mi camisa quedó manchada de sangre y los policías me la pidieron. Como yo no sé nada se la di y los policías se la llevaron. Era una camisa de color verde, me quedaron las cholas y el short”.

Desde ahí lo agarraron y por un camino irregular de tierra lo bajaron. La mañana de este miércoles 12 de julio aún se veía la sangre en la tierra y en las paredes de las viviendas cercanas.

Todos los habitantes de la comunidad están conmocionados. Pablo era un niño especial, tenía un leve retardo mental —dicen los vecinos—, aunque su condición nunca fue diagnosticada por un doctor porque sus papás no tenían dinero para llevarlo a un médico.

A sus familiares les alegaron que él se enfrentó a la comisión policial, pero testigos vieron cuando los uniformados efectuaron varios disparos al aire y pusieron un arma en su mano, para involucrarlo.

 

“¿Cómo matan a un niño inocente así? Mataron a un niño sano, que no se metía con nadie”, dijo su mamá, Yajaira Tovar.

La mujer no se encontraba en la casa cuando el adolescente fue abaleado, estaba haciendo unas diligencias en El Cementerio. Él y su hermanito estaban solos. Al llegar al barrio una multitud de vecinos la recibió, tratando de calmarla. “Me decían que me sentara que me tenían que decir algo, porque yo he recibido muchos golpes al corazón”.

“Los que vivimos en el barrio no somos ratas, somos personas con valores, que nos esforzamos, que estudiamos y tratamos de echar para adelante, basta de que nos traten como malandros”, soltó Merly Marchese, vecina.

Los uniformados ingresaron a Los Mangos la mañana del pasado martes en un operativo, pero no arrestaron a nadie ni hubo otros muertos en la zona. El cuerpo de la víctima fue localizado en el hospital Pérez Carreño y a su papá, Pablo Márquez, no le dieron explicación de qué había pasado, aunque preguntó a los efectivos que lo llevaron hasta allá.

En horas de la tarde del martes, vecinos de Los Sin Techo, Los Mangos y Primero de Mayo protestaron en la avenida Nueva Granada, cerca del módulo de la PNB que está en La Bandera, exigiendo justicia y que se detengan las muertes a inocentes.

Habitantes de Los Mangos rechazaron el asesinato, alegando que el pequeño ayudaba a los vecinos y no era delincuente

Denunciaron que los policías involucrados son de apellido Bello, Lozada y Cruz, y la patrulla era de placa 3P00215, sin embargo, esta información no fue confirmada por una fuente oficial. “A todos nos mandaron a cerrar las ventanas, a mí una femenina me decía que no me asomara y que no saliera”, detalló una vecina, que prefirió no revelar su nombre.

El papá de Pablo, Pablo Márquez, comentó que su hijo había sido golpeado tres veces en distintas ocasiones durante el último trimestre por efectivos que ingresaban al barrio preguntándole dónde estaban los malandros.

Cuando el padre del menor acudió al Pérez Carreño nadie le dio información acerca del homicidio

Por eso él salió corriendo, ya estaba asustado. Lo habían amenazado los policías porque lo agarraban cuando llegaban al barrio, dijo uno de sus hermanos mayores.

Vivía con toda su familia en la parte alta de Los Mangos, en una casita con paredes y techo de zinc y piso de tierra. Estudió hasta segundo grado y ayudaba a los vecinos cargando bombonas de gas y recogiendo la basura. Residentes dijeron que a veces pedía comida, ya que son de escasos recursos. 

El adolescente vivía con sus padres y hermano en la parte alta de Los Mangos. Son de escasos recursos y su padre dijo que son trabajadores

Agregó que son humildes y eso no quiere decir su hijo no estuviera en malos pasos. “Los policías confunden a los muchachos con malandros. Pueden preguntar aquí en el barrio de mi familia, tengo casi 60 años viviendo aquí y la gente sabe quienes somos”.

Cuando los funcionarios le dispararon al menor, los vecinos trataron de salir en su defensa y les gritaron “asesinos” desde las ventanas. Katherine Escalona, vecina, escuchó las detonaciones, se asomó y vio a “el Catire” herido.

Trató de auxiliarlo pero los uniformados no la dejaron. “Dijeron que era un malandro y que estaba con dos pistolas, pero yo les dije que era un niño enfermo. Gritaban que lo iban a matar porque era malandro y se desangró”, contó.

La familia de la víctima es de escasos recursos. El padre del joven contó que hacía mandados en el barrio, recogía bolsas de basura y cargaba bombonas de gas

Los padres del jovencito recibirán ayuda económica del consejo comunal y los vecinos para el acto fúnebre, pues no tienen dinero para cubrir todo.

Cuatro inocentes en un mes

Habitantes del barrio Los Mangos de El Cementerio destacaron que los funcionarios de la PNB ingresan a la zona y no matan a malandros, sino a inocentes.

“No es justo que quienes nos tienen que dar seguridad nos maten, la policía no nos hace sentir seguros, estamos desprotegidos”, gritaba una vecina, entre el resto, que con pancartas exigía justicia por el homicidio del adolescente.

Denunciaron que en un mes los efectivos ingresaron al barrio y asesinaron a cuatro personas, incluyendo a Pablo Tovar.

El pasado 22 de junio ultimaron a Carlos David Marchese Bentacourt, de 22 años y a su primo, Jordy Urbano, de 21, dentro de una vivienda en el callejón La Mata de Los Mangos.

Carlos Marchese estudiaba Enfermería. Cuando lo mataron los PNB simularon un enfrentamiento, denunció su hermana

Merly Marchese, hermana de una de las víctimas, explicó que a ambos los culparon de enfrentarse a la PNB. Ese día hubo operativo policial en la zona, pues buscaban a los involucrados en el asesinato los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) Endy Flores, de 23 años y Beyci Sánchez, de 22.

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A la pareja le dispararon y luego los prendieron en candela en el barrio Santa Eduvigis de El Cementerio. El detective agregado Flores había sido amenazado por los delincuentes de la zona por pertenecer al Cicpc y tuvo que irse del barrio. Los interceptaron cuando regresaron a buscar ropa.

Carlos Marchese y Jordy Urbano fueron dos de los cuatro ultimados el 22 de junio por la PNB. Marchese estudiaba segundo semestre de Enfermería, en el Colegio Universitario de Enfermería Centro Médico de Caracas y tenía una hija de un año.

Merly Marchese exigió a las autoridades que tomen cartas en el asunto, porque están matando a muchos inocentes

No puede venir cualquier persona a quitarle sus sueños a mi hermano. Esto es una tormenta, es un calvario, al Ejecutivo no le importa. Las madres del barrio no pueden tener hijos varones porque se los matan y además nos insultan cuando entran a nuestras casas. ¿Dónde están sus estudios? Nos tratan mal, soltó su hermana.

Otra de las víctimas fue Daniel Hernández, de 24 años, el pasado 16 de mayo. Sus parientes contaron que apareció muerto en la calle 10 de los Jardines de El Valle y alegaron que se había enfrentado.

Vecinos de Los Mangos exigen a las autoridades justicia y que no sean atropellados cuando hay operativos en la comunidad. “A veces nos sentimos más seguros con los malandros que con los policías”, destacaron.

Fotos y video: Yohana Marra


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