Los vecinos dijeron que Hidrocapital hizo mal la canalización de las aguas negras y cuando llueve se hace una laguna en la entrada del edificio
Mabel Sarmiento Garmendia@mabelsarmiento
Vargas. En el bloque 6 de la urbanización 10 de Marzo de Catia La Mar, donde viven más de 300 familias, las aguas negras no dan tregua a los vecinos.
Cuando llueve o llega el agua por las tuberías el colector principal se desborda y colapsa el drenaje. El agua se regresa y se sale incluso por las pocetas e inodoros del primer piso.
Edixon Vivas, integrante del condominio, explicó que desde hace un año está al mando (junto con Wilmer Henríquez) del mantenimiento del edificio, “y no hemos podido dar con la solución de este problema que nos dejó Hidrocapital”.
Denunciaron que hace dos años la hidrológica hizo un trabajo de canalización en las áreas comunes del edificio, y dejó la zanja desnivelada.
“El agua no fluye con normalidad y se rebosa. Tenemos que estar destapando el colector, pero ya las filtraciones se hicieron visibles y la base del bloque se está socavando. Además la vía principal comenzó a hundirse, por esta misma falla. Ahora Hidrocapital se hace la vista gorda y no atiende las innumerables quejas de los vecinos”, añadió Henríquez.
El olor en los alrededores es nauseabundo. Los habitantes del primer piso clausuraron las ventanas que dan hacia el estacionamiento y se la pasan como guachimanes vigilando para que las ratas, del tamaño de un gato, no se cuelen a los apartamentos.
El otro mal que los agobia es la falta de agua. La bomba del tanque está dañada. La pieza que necesitan para repararla les cuesta Bs. 1.800 y no la consiguen.
La gente caletea los tobos por los 10 pisos, pues desde hace un año no tienen ascensores, que son de la época de Pérez Jiménez.
Organización comunitaria
Vivas y Henríquez contaron que como los recolectores de la basura no se dejan retratar por la zona, ellos hicieron el esfuerzo de pagar más a unos señores para que mantengan limpias las áreas comunes del bloque.
De hecho en la urbanización 10 de Marzo, este edificio es el que mejor cara tiene, hablando de limpieza.
También recuperaron un espacio y lo convirtieron en una pequeña plaza para las parrillas de los fines de semana y los cumpleaños de la tercera edad.
La junta de condominio dijo que trata de mantener iluminados los pasillos de los 10 pisos, pero cuentan que los mismos vecinos se roban los bombillos.
Del alcalde de Vargas, Carlos Alcalá, dijeron que no le han visto ni la pinta. Por ello tratan de organizarse y de mejorar el sitio donde viven. “Pero no es fácil. Los vecinos creen que uno se agarra la plata y no es así. Todo cuesta y no es fácil llevar el condominio y que todos se sientan felices”, dijo.
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