El 14 de octubre de 1967, Alcasa dio inicio a su primera colada, con una producción de 11.000 toneladas métricas al año. Hoy está totalmente paralizada.
Bolívar. Para los trabajadores de Alcasa, la era productiva de esta empresa del aluminio fue en la IV República, así lo afirma el dirigente sindical Miguel Ekar. La cronología del funcionamiento de esta planta, hoy en ruinas, revela que fue a partir de 1998, cuando comenzó la debacle.
Alcasa se fundó el 14 de octubre de 1967. Comenzó con una producción de 11.000 toneladas métricas de aluminio. Para 1976, aumentaron a 22.000 toneladas anuales.
Ekar destacó los años antes de la llegada al poder de Hugo Chávez Frías. Antes de su mandato, era otra la vida de los trabajadores de Alcasa, a quienes se les cumplían todos sus beneficios laborales. Alcasa llegó a producir 210.000 toneladas métricas de aluminio, de las que 60 % eran destinadas al mercado internacional.
En la cuarta república, los trabajadores pudimos mantener a nuestras familias. En 1998 comienza la destrucción total de CVG Alcasa. Luego, en 2005, el fallecido presidente Hugo Chávez Frías dictó un decreto con el que suspendía las exportaciones. Fue un daño muy grave para la empresa que hasta allí produjo 180.000 toneladas de aluminio“, detalló Ekar.
Pérdidas en dólares
En 2006, se registró un accidente en la planta de carbón. Los trabajadores fueron movidos a otras áreas, mientras que el seguro fue cancelado, pero se desconoce a dónde se destinó ese dinero.
En 2009 vino el apagado de la línea I, donde “se producía el mejor aluminio del mundo, con 91 % de calidad”, agregó el dirigente sindical.
En 2012, con la creación de la Federación Bolivariana de Trabajadores (FBT) se aceleró la destrucción de las empresas. Se destinaron 90,4 millones de dólares para un proyecto de celdas y a la fecha no hay respuesta de esa inversión. Para 2014 debieron estar activas 230 celdas y hoy todas están apagadas. Ekar recordó que también se destinaron más de 400 millones de dólares para las áreas de fundición y laminación.
Trabajadores de Alcasa en pobreza
La debacle de esta industria ha afectado notoriamente a sus empleados. Antonio González lleva 33 años de servicio en Alcasa. Sus últimas vacaciones fueron de 800.000 bolívares, lo que le alcanzó solo para una semana de comida.
Anteriormente, compraba nevera, lavadora, me iba de viaje a Mérida y regresaba con dinero a mi casa. Con las utilidades comprabas muchas cosas, a toda la familia. Se hacían de 200 a 300 hallacas. Este año no sabemos si nos darán utilidades y si nos alcanzará para comernos una hallaca“, señaló González.
La Intersectorial de Trabajadores de Guayana solicitó a la Asamblea Nacional interpelar a todas las juntas directivas que han pasado por Alcasa en los últimos 15 años.
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