“El único récord económico de Maduro es el hambre y la miseria de los venezolanos”, dijo el diputado Rafael Guzmán, presidente de la Comisión de Finanzas del Parlamento, quien presentó este lunes el Índice Nacional de Precios al Consumidor. La tasa mensual fue de 144,2 %, siendo el séptimo mes consecutivo que se registra una inflación mensual superior a 100 %. La diaria se mantuvo en 3 %, igual que en octubre.

Caracas. La Comisión de Finanzas y Desarrollo Económico de la Asamblea Nacional (AN) ofreció este lunes, 10 de diciembre, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), según el cual la inflación interanual —de noviembre de 2017 a noviembre de 2018— cruzó el alarmante umbral de 1.000.000 %, ubicándose en 1.299.724 %.

Es la más alta de la historia de América Latina. Es una gran destrucción de la riqueza y también de nuestra moneda, afirmó el diputado Ángel Alvarado, economista y miembro de la instancia parlamentaria.

Oficialmente, Venezuela ya lleva un año en hiperinflación, pues fue en noviembre de 2017 cuando la tasa mensual rebasó la barrera de 50 %, cifra mínima para que una nación pase a un proceso de ese tipo, de acuerdo con lo establecido en 1956 por el economista Philip Cagan. Según el Parlamento, en ese mes la inflación fue de 56,7 %.

Lamentablemente, en este año hemos batido todas las cifras históricas nunca antes vistas en un país de Latinoamérica. Cerraremos el año 2018 con una inflación por encima de 1.000.000 %. El único récord económico de Maduro es el hambre y la miseria de los venezolanos, dijo el diputado Rafael Guzmán, presidente de la comisión.

En noviembre de 2017 un cartón de huevos valía lo equivalente a 1,2 soberanos. Un año después, buhoneros en Quinta Crespo ofrecían el producto en 640 bolívares, ya que el alimento desapareció del mercado municipal desde que el Gobierno reguló su precio a finales de agosto. Y el jueves de la semana pasada, vendedores del mercado de Chacao lo expendían en 1400 bolívares, que serían 140 millones de bolívares del cono monetario anterior.

El diputado Alfonso Marquina, segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional y miembro de la instancia, expresó que las consecuencias del proceso hiperinflacionario han sido terribles, sobre todo en el poder adquisitivo de los venezolanos, quienes actualmente destinan casi la totalidad de sus ingresos en comida. La inflación en el rubro alimentos y bebidas no alcohólicas subió de 86,4 %, en octubre, a 171 %, demuestra precisamente que el dinero se ha utilizado para “medio comer”.

La comisión también resaltó que la tasa en noviembre fue de 144,2 %, siendo el séptimo mes consecutivo que registra una inflación mensual superior a 100 %. Según el Parlamento, en mayo fue de 110,1 %. La diaria se mantuvo en 3 %, igual que en octubre; mientras que la acumulada fue de 702.521 %.

Marquina aseguró que el Gobierno sigue anunciando más medidas de control que terminan convirtiéndose en un desestimulo para la producción nacional, lo que ocasiona que cada vez haya menos bienes y servicios en el mercado.

No hay nada más caro que un producto escaso. Las medidas que el Gobierno anuncia son más de lo mismo, por lo tanto los resultados seguirán siendo iguales. No se puede controlar la hiperinflación mientras se financie el déficit del gasto público a través de la emisión de dinero inorgánico, que es la principal causa de la hiperinflación que padece el pueblo de Venezuela, dijo.

Guzmán recordó que en agosto el presidente Nicolás Maduro habló de una disciplina fiscal al mismo tiempo que anunció un incremento salarial y más bonos. “¿De dónde iba a salir todo ese dinero? En Venezuela cada vez se produce menos, las empresas están cerrando, se recaudan menos impuestos y la producción de petróleo sigue en caída”, añadió el parlamentario.

El 28 de noviembre la comisión informó que en el tercer trimestre de 2018, respecto al mismo período en 2017, la economía se contrajo 29,8 % por la caída de la producción petrolera, la hiperinflación, la migración, la falta de confianza en el modelo económico y el descenso del consumo. En este período la producción de crudo acumuló una caída de más de 40 %, lo que representa una pérdida superior a 900.000 barriles, afirmó Alvarado.


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