Se cumplió un año del llamado a paro. En este lapo no hubo acuerdos ni avances de parte del gobierno de Nicolás Maduro. Más bien han sido despedidas más de 200 profesionales que se sumaron a la protesta.

Caracas. Se cumplió un año del llamado a paro hecho por Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermería del Distrito Capital. Y el balance apunta más hacia lo negativo: no hubo avances ni negociaciones de parte del gobierno de Nicolás Maduro, aumentó el éxodo de profesionales, recrudeció la pobreza y empeoró la asistencia en los hospitales públicos. Ahora, Rosario no descarta una renuncia masiva de enfermeras como medida de presión.

Empezaré a partir del 1° de julio de este año a recorrer el país personalmente. Visitaré los hospitales para hablar directamente con las enfermeras. Tienen mucho miedo y eso resta fuerzas a la lucha. En este año nos han hecho demasiado daño. Más de 200 enfermeras han sido destituidas por protestar y eso ha generado miedo. Estamos como las mujeres maltratadas, no nos alcanza el sueldo y se nos mueren los pacientes, pero tenemos miedo. Y lo que queremos es convertir eso en fuerzas para seguir luchando, pues estamos en el filo de la navaja: si me quedo, voy a morir de hambre o me sumo a la diáspora. Y la decisión que se debe tomar es salir a la calle. Si nos van a despedir y dejar de ganar esos dos o siete dólares, qué más da. Igual estamos en pobreza extrema. Formar parte del proceso migratorio no debe ser la opción, hay que luchar por Venezuela.

Hace un año enfermería promovió el paro. En medio de la efervescencia se sumaron otros gremios de la salud, pero el apoyo se fue retirando con el paso de los meses. Enfermería se mantuvo en pie, logró sumar 17 estados a la acción.

Renuncia masiva 

“Ahora pretendemos con este recorrido nacional sumar los 24 estados y el resto de los gremios. Esto tiene que ver con los transportistas, con la gente del Metro, con los educadores, con los periodistas. No es solo por los derechos laborales, es por el país. Queremos una nación donde los profesionales quieran quedarse y que abra las puertas”.

En septiembre de 2018, el Colegio de Enfermería del Distrito Capital daba cuenta de 6000 enfermeras fuera del país. Hoy en día, Contreras estima que ya son 15.000. La tendencia es al alza. Ahora no hay estadísticas completas, incluso se han ido las que empezaron a participar en las protestas, se cansaron de la pobreza y perdieron la fe. Fíjate, esta semana pagaron 10.000 bolívares por concepto de uniformes. Algo irregular, pues lo que se firmó el año pasado, cuando hubo tres firmas de contratos (julio, septiembre y octubre) contemplaba el pago de seis salarios mínimos para cubrir ese beneficio.

Pero, comentó, el gobierno le miente a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), le miente a la comunidad internacional. “Y, además, tenemos un Seguro Social que actúa como un caporal de hacienda esclavista del siglo XIX cuando persigue y despide a las enfermeras que llegan tarde. Muchas viven en la periferia, les cuesta agarrar transporte y Metro y si llegan 20 minutos tarde las botan, cuando son unas heroínas que salen a las 4:00 a.m. arriesgando sus vidas”.

Contreras insiste, y lo dijo a modo general, que los gremios tienen que hacer tejido social. No puede ser que se llame a un paro de salud y nada más vayan las enfermeras. Por eso no se descarta una renuncia masiva de profesionales. “Los pacientes también tienen que estar en las calles. Vamos a prender la mecha de nuevo”, completó.


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