Esta parroquia cumplió el 8 de mayo 396 años de fundada. Sus habitantes están desasistidos, dicen que los servicios son deficitarios y los agobia la inseguridad.
Mabel Sarmiento Garmendia/@mabelsarmiento
Caracas. La parroquia Antímano arribó a sus 396 años de fundada. En sus plazas y bulevares no hubo bombos ni platillos para tan magno festejo, sino colas, peleas y gritos por bolsas de comida.
“En eso se convirtió Antímano, ya perdió su esencia, sus raíces, los únicos íconos que nos quedan son El Cristo y la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, ubicados en pleno casco central”, dijo Edgar Miquelena, líder comunitario.
En Antímano, una parroquia que cuenta con más de 200.000 habitantes, la última obra que se hizo fue el bulevar que se entregó chucuto hace cuatro años, según contó Miquelana.
Por esa misma fecha se reinauguró la plaza Bolívar. “Y hoy en día ese no es un sitio de encuentro. Sí hay mucha gente que concurre ahí, pero son borrachitos y gente de mal vivir que terminan siempre a botellazos sus discusiones. Además ya el bulevar y la calle principal como no reciben mantenimiento tienen troneras y hundimientos. Tampoco hay suficiente alumbrado público”.
Eso mismo denunció el señor Domingo Pérez, también activista comunitario, quien informó que cada tres postes es que hay un bombillo. “Aquí el aniversario pasó por debajo de la mesa, sin pena ni gloria. Cumplió 396 años de fundada el 8 de mayo y siempre se hacían actividades que involucraban a la comunidad, pero ya ni eso la gente está atrapada en las colas y además muy molesta. En años anteriores no se había visto tanta desidia”.
Este lunes el panorama en el casco central era este: Policías antimotines custodiando los supermercados, mientras las colas superaban la cuadra y media; basura por doquier; aguas negras y mucha gente esperando hasta 40 minutos en una parada por un jeep.
Los vecinos dicen que están desasistidos. César Rojas, del callejón Santa Eduvigis del barrio El Esfuerzo, dijo que el agua se va los miércoles en la tarde y el domingo la reponen. “Ahora viene como una bebida achocolatada. Eso sin contar las filtraciones que hay por tubos rotos de aguas servidas y blancas. Las autoridades se hacen la vista gorda con Antímano. Aquí los vecinos somos los que medio parapeteamos las cosas”, dijo.
Rojas también denunció la construcción inconsulta de un Mercal en una zona que era usada para las actividades deportivas del sector Santa Eduvigis. “Hice la denuncia a Control Urbano, quedaron en venir y nada. Esas son las cosas que pasan en esta parroquia, que si uno no forma líos o tranca calle a uno no le paran, y nosotros aquí también queremos ser escuchados”, acotó,
La subida hacia El Esfuerzo presenta severas grietas y hundimientos. “Los vecinos estábamos dispuestos a reparar los daños y ya habíamos contratado el material en dos ferreterías, pero las cerraron. La calle se quedó así, pues la Alcaldía de Caracas ni presta ni lava la batea”, contó Edgar Miquelena.
Asimismo sucede con las torrenteras que no están canalizadas. Cuando llueve el agua baja en caída libre por El Carmen, El Progreso y El Esfuerzo, lo que imposibilita todo tipo de paso: vehicular y peatonal. El agua está socavando varias casas en la parte baja que es donde se concentra el caudal.
Antímano, dicen, no tiene mercando municipal. Desde hace cinco años en la entrada de Carapita cercaron un espacio para edificar el nuevo comercial, pero las obras están de adorno.
El transporte público funciona con las limitaciones que generan la escasez de repuestos, el mal estado de las vías y los ataques de los delincuentes.
Los habitantes exigen al alcalde de Caracas Jorge Rodríguez que se ponga los patines y “gobierne para Caracas”. Piden que les lleven Barrio Nuevo, Barrio Tricolor, más mercales y asistencia en materia de salud. “Eso no es un regalo es un derecho”, señalaron los vecinos.
Fotos: Angeliana Escalona
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