Comerciantes aseguran que a pesar de los problemas económicos las ventas de artículos de segunda mano se mantienen, pues la diferencia del precio entre una prenda usada y una nueva es abismal.

Caracas. “Comprar un pantalón nuevo, así no sea de marca, cuesta más de Bs. 15.000 y unos zapatos que puedan resistir un poco la pela no bajan de Bs. 20.000. Con un sueldo mínimo es casi imposible vestirse, por eso estoy viendo en los mercados de ropa usada a ver qué consigo. Me da pena, pues nunca había hecho esto, pero una amiga me dijo que consiguió una chaqueta en buen estado y estoy revisando a ver qué consigo. Será que me toca ahora usar chivas”.

Eso fue lo que dijo Zoraida Suárez, quien se encontraba hurgando en uno de los puestos informales del bulevar de Catia cerca de Pérez Bonalde. Ella, de 35 años, dijo que que cada vez que cobraba se compraba un par de zapatos y que ahora no lleva meses sin asomarse a una vidriera.

En el bulevar de Catia no es nuevo conseguir vendedores que oferten enseres y ropa de segunda mano. Pero ahora hay más demanda por la crisis económica.

“Aquí vendemos todo superbarato. Siempre hay algo que mostrar. Viene gente de todos lados. El negocio, a pesar de todo se mantiene”, manifestó Briseida Marín, comerciante de un minimercado.

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Briseida tiene uno de los puestos más amplios ya que lleva más de 9 años en ese mercado.

Golpeada por la crisis

El presidente de la República Nicolás Maduro ha dado 12 incrementos del salario mínimo, pero la inflación, calculada por algunos economistas en 180%, pulverizó el poder adquisitivo.

Actualmente el ingreso mínimo se ubica en Bs. 15.051 y el bono de alimentación subió de Bs. 13.275 a Bs. 18.585. No obstante testimonios como el de Zoraida Suárez dan fe de que el salario no alcanza para suplir las necesidades básica de alimentación, salud, recreación e  incluso la vestimenta.

En 2014 48,4% de las familias eran pobres, en 2015 subió a 73%, lo cual equivale a 5 millones de hogares. Y en ese grupo ahora se encuentra Suárez quien confesó que hace maromas para rendir al sus ingresos al máximo. Por ello dijo que se ha visto en la necesidad de adquirir ropa a un precio más barato, y la consiguen en mercados como el del bulevar de Catia o en el mercado de Los Corotos en Quinta Crespo.

“La camisa de caballero la más cara la tenemos en Bs. 2.000, a diferencia de una tienda en un centro comercial que pasan de Bs. 20.000″, aseguró Briseida Marín, mientras le ofrecía un jean a un cliente, por tan solo Bs. 1.000.

También comentó que aunque venden muy económico, la situación también les golpea porque trabajar con un puesto de ropa en la calle es complicado.

“Cuando llueve no podemos poner los puestos pero igual debemos pagar semanalmente Bs. 2.000 en el depósito”, señaló.

Ella al igual que otros comerciantes tienen además un lugar reservado, a ras de piso, en donde rematan todo a Bs. 200.

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Algunos comerciantes llevan la ropa usada a la lavandería, por higiene.

Una mujer que prefirió no revelar su identidad, aseguró que con frecuencia pasa por el mercado de la plaza de Pérez Bonalde para ver los precios y ver qué puede comprar. “Aunque la ropa es usada hay unas prendas en buen estado. Lo que más compro son juguetes a mis hijos”, señaló. Ese día compró una muñeca Barbie en Bs. 800.

Asimismo, Marín -que comenzó en el negocio con la venta de libros usados- destacó que luego de tanto años ya tiene hasta clientes fijos, uno de ellos un policía que patrulla de vez en cuando la zona, y le dice que le aparte los jeans de caballero talla 36.

Entre la ropa usada, según varios de los comerciantes, lo que más se vende so las prendas de bebés recién nacidos. “Mientras un conjuntico en una tienda cuesta Bs. 8.000 aquí lo encuentras entre Bs. 200 a 500. Barato”, enfatizó Marín.

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Vendedores dicen que la ropa de niños es la que más se vende.

En el Mercado de Los Corotos en Quinta Crespo venden de todo. Esa edificación es un ícono de la venta de cosas usadas en Caracas. Aunque los comerciantes están organizados en sus locales los buhoneros aprovechan para vender sus corotos en las aceras de Quinta Crespo.

Los días en los que más se ve gente son los sábados y domingos. “Desde tempranito abrimos los locales. Aquí viene gente de todos lados, incluso de afuera de Caracas. La mayoría de las personas que compran son de pocos recursos, no pueden adquirir un pantalón o un par de zapatos nuevos y optan por nosotros que tenemos precios buenos, bonitos y baratos”, comentó Luis Manrique, dueño de uno de los locales, quien enfatizó que la gente ahora ve la ropa usada como una opción”.

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Todos los puestos de este mercado están a ras de piso. No laboran los miércoles.

Fotos: Cheché Díaz


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