Apagones en el Zulia dejan sin combustible al Táchira

Tachirenses invierten un tercio del día para surtirse de gasolina

Las colas para surtirse de gasolina en el estado son una constante, pero, como si no fuera suficiente, los constantes cortes de luz en el Zulia afectan el bombeo de combustible a la planta de llenado en El Vigía, lo que, a su vez, se traduce en poco despacho al estado.

Bajos inventarios de combustible se registran en la zona andina, debido a los constantes cortes en el suministro de servicio eléctrico en el estado Zulia, lo que afecta el bombeo de gasolina y gasoil a la planta de llenado ubicada en El Vigía, estado Mérida, que surte al estado Táchira.

Las colas para surtirse del preciado hidrocarburo en las estaciones de servicio en San Cristóbal son más largas de lo habitual, precisamente porque las gandolas están llegando con menos gasolina.

Ayer llegó la gandola con 10.000 litros de 95, no más. Tuvimos que poner conos antes de abrir”, dijo un islero en una de las estaciones.

El pasado sábado 14 de julio eran pocas las estaciones de servicio abiertas y no hay certeza de cuánto tiempo durará esta situación o de si se agravará, ya que los cortes de luz en la entidad zuliana cada día empeoran, lo que afecta directamente el bombeo de combustible.

Hay quienes optan por marcar los carros con números para evitar a los malacostumbrados coleados, quienes, como buitres, esperan el descuido de quienes están en las colas para meterse.

De acuerdo con información extraoficial, las fallas de energía eléctrica en el occidente del país han afectado el desarrollo de las operaciones de la refinería Bajo Grande, en el estado Zulia, lo que ha generado intermitencia e irregular reposición de inventarios en la Planta de El Vigía.

Esto afectará el despacho a las estaciones de servicio de la zona andina, por lo que, de continuar la situación, se tendrán que tomar medidas drásticas para garantizarle el combustible a la región, lo que encendió las alarmas de los tachirenses, quienes aguardan largas horas esperando su turno en una cola.

Mientras tanto, quienes venden gasolina aprovechan para hacer su agosto, pues una pimpina en la ciudad está costando unos 10.000 pesos colombianos o su equivalente en bolívares.

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