Archivo Histórico de Caracas se quedó sin custodio

Concejo Municipal

Desde el pasado 2 de octubre fue jubilado de manera forzosa el cronista de la ciudad Guillermo Durand, quien ocupó ese cargo los últimos 16 años. En total 40 funcionarios fueron sacados de la nómina de la municipalidad.

Caracas. En 2002, Guillermo Durand González fue nombrado cronista de la ciudad y se considera el custodio del Archivo Histórico de Caracas, el cual contiene documentos que datan de 1573 —apenas seis años después de la fundación de la ciudad—, entre ellos 570 actas de cabildo. Pero desde el pasado 2 de octubre, la alcaldesa Érika Farías forzosamente lo jubila y deja su cargo vacío.

Durand, licenciado en Historia de la UCV y Magíster en Historia de las Américas por la UCAB, se encargó de los anales de la ciudad, de investigar, divulgar y reseñar hechos inéditos.

Su cargo no es de libre remoción. Se creó por decreto en 1945. El primero en ocuparlo fue el escritor Enrique Bernardo Núñez. El cronista suele permanecer ahí de por vida, siendo uno de los pocos puestos vitalicios en la actualidad venezolana.

Solo si renuncias o mueres es que se le busca sustituto [al cronista]. No lo sacan a uno de un plumazo. Me jubilaron violando la ley municipal y mis derechos. 40 funcionarios fuimos sacados sorpresivamente, contó Durand, dos días después de producirse el cambio de la estatua del León de Caracas por la imagen de la indígena Apacuana, justo en el kilómetro 0 de la autopista Valle-Coche.

Para Durand, no custodiar la historia de la ciudad pesa, pero más aún que se estén concretando cambios en los símbolos históricos so pretexto de querer reivindicar la lucha indígena.

Eso, ciertamente, no se puede anular de la historia, siempre se ha tenido desde un principio, pero la trascendencia de los hechos y acontecimientos no se cambia. Les recordaba a los concejales que la simbología de Caracas fue concedida por el rey Felipe II de España mediante la Real Cédula. Fue una petición hecha por Simón Bolívar el Mozo. Esa época colonial está ahí, fueron casi 300 años y no se pueden olvidar, como tampoco el hecho de que Caracas se formó con el mestizaje de indios, blancos. No tiene sentido evolucionar y olvidar este pasado. Hay que respetar los vestigios históricos de la ciudad, pues son referentes para la colectividad.

Para el investigador, crear una ordenanza y cambiar un símbolo no tiene ningún sentido. El caraqueño no es indígena, es mestizo. De modo que cuando tratan de hacer jalones ideológicos de la historia eso es un cascarón vacío. La historia no es un decreto, es el fluir de unos movimientos sociales complejos, lo que acontece en momento dado. Se hicieron cambios significativos. Todo pueblo se regenera. No obstante, esos intentos vagos y superfluos que pretenden desconocer una época no tienen arraigo. En el transcurrir del tiempo, todo volverá a su lugar.

Habló del nombre de Caracas, del escudo, del León. “Pues eso es lo que le da sentido a un pueblo”.

¿Y los dolientes?

Lo del cambio del León por la india Apacuana no generó un rebullicio. La gente por redes sociales se manifestó, pero así murió la protesta.

La india está sobre el pedestal que ostentó el León con su majestuosidad. En la noche le riegan las plantas. Está iluminada y luce imponente. Más allá de eso, es la desconocida para el conductor que a 80 kilómetros por hora pasa por una de las principales autopistas de Caracas.

Imponer la resistencia indígena sin un referencial no tiene sentido. “Se hace más que todo por un acto político. Lo intentaron hacer con el Himno de Caracas”, expresó Durand.

En 2013, en el marco de la conmemoración de los 446 años de la creación de la ciudad de Caracas, el alcalde Jorge Rodríguez anunció que el Himno de la capital sería cambiado y que abriría un concurso público para elegir la canción ganadora.

El himno, llamado también Marcha a Caracas, fue compuesto por Tiero Pezzuti de Matteis y la letra es de José Enrique “Chelique” Sarabia.

La polémica no se hizo esperar y la propuesta quedó engavetada pero no olvidada.

Luego, en julio de 2015, pretendieron cambiar el escudo. Quitar el León y poner los ojos y la boina del desaparecido presidente Hugo Chávez. La fecha 4 de febrero era la intención del ayuntamiento. En ese entonces el concejal Jesús Armas, denunció la arbitrariedad que, de nuevo, no agarró fuerzas.

Según Durand, ahora intentan solapar y dejar a un lado esos elementos y erigir en su lugar otros referentes de forma intencionada. Él ya no está para custodiar ese parte de la historia caraqueña. Le jugaron a la jubilación obligada, dando espacio para una ausencia absoluta en el cargo.

Anteriormente, vivió episodios que pretendían sacarlo del puesto, pero luego se acogían a la ley municipal. Ahora no respetan las formas y yo estoy dispuesto a llevar esto a todas las instancias. Si tengo que ir a tribunales, iré a defender mis derechos.

En 75 años que tiene la ordenanza sobre el Patrimonio Histórico nunca se había dado una ausencia por jubilación del cronista. Durand entró a ese departamento en pantalones cortos, como él mismo lo dijo, y llegó a ser el Cronista de Caracas durante 16 años. Parece que la historia de Caracas no les interesa, pretenden esconder verdades históricas para que otros sientan gusto. La identidad no se acaba de esta forma.

Toca a los caraqueños defender sus nichos. Durand dijo que hará lo propio para seguir contando y registrando la historia.


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