Asesinos en el país son cada vez más muchachos

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Según el OVV de las víctimas de homicidio 87% son jóvenes menores de 25 años. Según Unicef Venezuela es el tercer país con más muertes de chamos

Yohana Marra/@yohanamarra

Caracas. En nuestro país el homicidio se convirtió prácticamente en asunto de hombres y específicamente menores de 25 años. Según el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) de las víctimas de homicidio el 87% son jóvenes menores de 25 años. Aunque también pueden ser quienes los cometen.

Y así lo confirman los casos más recientes reflejados en la prensa, como el del miércoles 27 de mayo de 2015 cuando Yorderlyn Vanesa Mendoza, de 13 años, fue abaleada dentro de su casa en la calle 18 de Los Jardines de El Valle. De acuerdo con información extraoficial el crimen lo cometió un muchacho, de 16 años, quien estaba acompañado también por otro menor.

Tres días después de ese homicidio, ocurrió el de un jovencito de 13 años en el barrio Las Terrazas de Carapita. La víctima estaba ayudando a un vecino a cargar arena, junto con otros amigos, cuando aparecieron disparando unos tipos en moto. Ellos forman parte de los 113 menores de edad que han asesinado nada más en la Gran Caracas en lo que va de año, según cuentas extraoficiales.

En 2014 mataron a 912 niños y adolescentes en el país, de acuerdo con Cecodap; cifra que aumentó 9% con respecto al año 2013 que registró 838 muertes.

Unicef publicó un informe el año pasado, en el cual Venezuela se ubicó entre los tres países del mundo con tasas más elevadas de homicidios a menores de 20 años, junto con Guatemala y El Salvador. “El homicidio es la principal causa de muerte entre los varones adolescentes”, relató el documento con datos del 2012.

“Nuestros jóvenes terminan en la cárcel o en el cementerio. Y el arma de fuego es el medio que utilizan para cometer el delito, ya no se usan armas blancas, objetos contundentes o la fuerza física. El homicidio está llegando a ser una delincuencia infantojuvenil”, explicó el abogado criminalista Fermín Mármol García.

Todo lo arreglan por las malas

 De acuerdo con Fernando Pereira, coordinador de Cecodap, que los chamos usen la violencia para resolver problemas, y los papás a veces los empujen a eso, es una de las principales causas para que ellos se conviertan en víctimas o victimarios.

“Les dicen ‘si me avisas de nuevo que te pegaron voy a ser yo quien te pegue a ti’ o ‘los niños no lloran’ y ellos actúan en base a lo que han aprendido. Pegarles para corregirlos es otro error, en su adolescencia algunos no podrán contener la ira”, explicó.

El consumo de drogas también juega más peso, sobre todo en comunidades y escuelas, cuando se trata de defensa o por rollos internos que tienen los muchachos, según Pereira.

Fermín Mármol García añadió que otro de los factores que arriman a los chamos a la violencia es la relación que tienen con bandas criminales desde pequeños, pues los usan para tareas como transportar mandados y después pasan a ser informantes del barrio.

“Poco a poco los jóvenes se dan cuenta de quienes tienen respeto en la comunidad y quieren imitarlos. A esto se le suma que hay bastante facilidad para conseguir armas de fuego y municiones”, dijo.

Junto con estos rollos surgió una nueva manera de delincuencia en el país: matar para ganar respeto. “Ellos creen que mientras más asesinen más respetados van a ser entre los vecinos y los miembros de la banda a la que pertenecen, por lo tanto la vida no vale nada”.

Y a esta larga lista de problemas se suma la alta cifra de embarazo precoz, padres que no quieren a sus hijos o los abandonan desde niños, haciendo que crezcan con rabia o resentimiento, y se vayan de la casa. Así como la impunidad, que le hace propaganda al delito y no castiga al delincuente.

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La mayoría de los crímenes son cometidos con armas de fuego.

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Foto: Cristian Hernández


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