Tuberculosis, hepatitis, VIH y salmonella, entre otras patologías, son las causas más frecuentes de fallecimiento de reclusos en las cárceles venezolanas. Solo en el estado Lara han muerto —en lo que va de año— 14 reclusos de la cárcel de Uribana, de Fénix, Cicpc y GNB, entre ellos, un joven que fue detenido en el 2017 durante las protestas contra Nicolás Maduro.

Maracay. El pasado 5 de febrero falleció en el Hospital central Antonio María Pineda de Barquisimeto, en el estado Lara, Virgilio Giménez Urbina, de solo 20 años, quien estaba recluido en el Centro Penitenciario David Viloria —conocido como cárcel de Uribana— desde que fue detenido durante las protestas del 2017 contra Nicolás Maduro.

El joven pasa a engrosar la lista de 14 fallecidos en lo que va de año, solo en el estado Lara. Otros 13 reclusos detenidos en Uribana, la Comunidad Penitenciaria de Fénix, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Ciminalísticas (Cicpc) y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), también murieron producto de diversas patologías, entre las que prevalecen tuberculosis, hepatitis, salmonella y por desnutrición. Es en la cárcel de Uribana donde se han reportado el mayor número de reclusos fallecidos, según registro de la ONG Una Ventana a la Libertad (UVL).

Pero meses antes, en Táchira, por ejemplo, se reportó la muerte de 5 reclusos, quienes permanecían en los calabozos del Cicpc de esa ciudad andina. La causa de la muerte fue tuberculosis, sumada a la desnutrición, la insalubridad y la inexistente atención médica que padecen todos los presos en Venezuela.

La situación es extremadamente grave. A los reclusos los están dejando morir mientras el Ministerio para Asuntos Penitenciarios sigue actuando de manera negligente. Las condiciones antihigiénicas, la mala alimentación y la desatención en salud, contribuyen al fallecimiento de reclusos, señala Carlos Nieto Palma, coordinador general de la ONG Una Ventana a la Libertad.

Para esta ONG, nunca antes se habían registrado cifras tan altas de muertes de reclusos por enfermedades. La desnutrición, la hepatitis y el VIH son otras de las causas de muerte de los presos venezolanos.

En una visita al estado Aragua, Nieto Palma se refirió a la población carcelaria que en Venezuela ya supera los 100.000 reclusos, de los cuales, 56.000 permanecen recluidos en las 46 cárceles tradicionales que dependen del Ministerio para el Servicio Penitenciario y el resto, en aproximadamente 500 centros de detención preventiva que no están acondicionados para mantener a un detenido por más de 48 horas. Sin embargo, las personas permanecen allí por años, debido a un 80 % de retardo procesal.

La grave crisis carcelaria de Venezuela tiene solución. Eso sostiene el coordinador de UVL, para quien es necesaria y primaria la voluntad política y el interés por resolverla.

Las cárceles son un negocio tan productivo como Pdvsa y allí se produce mucho dinero, sobre todo cuando están en peores condiciones. Allí se cobran vacunas por estar recluido, por el ingreso de armas, por el ingreso de drogas, se cobra por absolutamente todo, sentencia Nieto Palma.

El coordinador de UVL anunció la presentación del Informe anual 2018 sobre la situación de los derechos humanos de los reclusos en los centros de detención preventiva, esta se llevará a cabo el próximo 14 de febrero en Caracas.


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