Una vez más, afectados con el brote de malaria tomaron las calles de Puerto La Cruz en protesta ante la escasez de medicamentos para contrarrestar los efectos de la enfermedad. José Gutiérrez es uno de los enfermos que obstaculizó el tráfico por la avenida municipal de Puerto La Cruz, en virtud de que luego de 10 días de detectársele la dolencia, aún no ha recibido el tratamiento para combatirla.

Barcelona. Como si se tratara de una historia de nunca acabar, nuevamente familiares y pacientes diagnosticados con paludismo tomaron las calles de Puerto La Cruz, para protestar por la escasez del tratamiento para controlar la enfermedad y lo que ellos señalaron como: La corrupción que tienen los responsables de distribuir las dosis en el estado.

A diferencia de las protestas que realizaron en los días finales de 2017 y principios de año, los enfermos no aguantaron la espera y optaron por cerrar los accesos hacia la avenida municipal de la capital portocruzana.

Con 38 grados de fiebre y dolores en el cuerpo que afirmaba tener, José Gutiérrez, en compañía de su madre, María Viñoles, formaron parte del grupo que detuvo el transitar de vehículos por la principal arteria vial del municipio Sotillo, motivado a que ya lleva 10 días sin recibir el tratamiento para contrarrestar los efectos de la malaria.

A él le hicieron su prueba y en un principio le dijeron que no ameritaba hospitalización pero se le han complicado los síntomas y no ha recibido el tratamiento. Lo tuve en el hospital Razetti tres días sin tratamiento, me mandaron para este CDI y aquí estamos desde la madrugada y nos dicen que no hay tratamiento para nuevos diagnósticos, entonces qué hacemos, indicó Viñoles.

No es justo lo que estamos viviendo en Venezuela, esto no debería ser así. Yo necesito curar a mis hermanas. Ese fue el clamor de Emeleydis Navas frente a las puertas del Centro de Diagnóstico Integral Fabricio Ojeda, uno de los dos encargados en la zona metropolitana de Anzoátegui de administrar las dosis para el tratamiento de la enfermedad.

Navas afirmó tener a sus dos parientes con la enfermedad y al igual que el joven José Gutiérrez, tampoco han recibido la primera dosis de medicamento.

Yo me vine con ella y ahí la ves que casi no puede caminar y mi otra hermana la tengo en la casa tumbada en una cama. Ambas tienen tres semanas padeciendo esta enfermedad y aún no han recibido ni la primera dosis, yo no quiero que mis hermanas se mueran a causa de esta enfermedad, esto tiene que tener una solución, indicó.

Corrupción en puertas

Emely Aparicio y Rosmeri Rincones son familiares de pacientes con paludismo. Además de reafirmar la falta de tratamiento en el CDI, denunciaron una presunta mafia existente en el centro de salud con la planilla que debe llenar cada afectado para poder recibir las dosis de medicamentos.

El pasado viernes tuve que comprar en 5000 bolívares la planilla para registrar a mi esposo porque aquí nos dijeron que no la había, lo ingresaron en la data, nos dijeron que viniéramos hoy y cuál es nuestra sorpresa… no hay tratamiento para nuevos ingresos. Él tiene ocho días con el diagnóstico de paludismo Vivax y aún no le hemos suministrado medicamentos para combatirlo. Personas adentro del CDI dicen que sí hay el tratamiento pero no lo quieren administrar, sostuvo Aparicio.

Rincones añadió que no se explica cómo presuntamente hay personas que ofrecen las dosis completas para la enfermedad, “pero el negocio tienes que hacerlo en la cárcel de Puente Ayala porque ahí sí hay tratamiento”.

Mi hijo tiene dos semanas esperando por las medicinas y nada, la semana antepasada estuvimos aquí y nos mandaron al Centro Comercial Regina a un cyber a comprar la planilla en 10.000 bolívares, nos dijeron que para hoy había tratamiento y llegamos a las 4 de la mañana y nada. Si aquí no hay tratamiento, cómo se explica que en el penal de Puente Ayala lo venden, en las redes sociales se consigue entre 200.000 y 500.000, cualquier persona que trabaja en un centro asistencial te monta nombre falso en redes sociales y te vende el tratamiento. Esto tiene que solucionarse, a mi hijo lo he controlado con remedios caseros, señaló Rincones.

En su mayoría, los manifestantes —que procedían de la zona rural del municipio Sotillo conocida como El Rincón— instaron a las autoridades a declarar el área en emergencia en virtud de que el brote no ha sido controlado y cada día aumentan los casos en la comunidad.

Foto: José Camacho


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