La escasez de harina siguen haciendo estragos en la elaboración del producto, y los principales afectados son los ciudadanos que deben formarse en interminables colas para adquirir un par de canillas.

Caracas. Desde hace más de tres meses el Gobierno implementó el llamado “Plan 700” como una solución a la baja producción de pan, que abarcó el despliegue de cientos de funcionarios para controlar las operaciones de las panaderías, la promesa de eliminar las colas y garantizar la producción continua del alimento, pero ninguno de los objetivos fueron cumplidos.

Los días pasan y la crisis económica se acentúa cada vez más. Esto se refleja en la ausencia de pan, producto cuya elaboración está en jaque debido a la menor disponibilidad de harina de trigo por las restricciones en la importación de trigo panadero. Desde hace meses, en muchas panaderías no disponen de insumos suficientes y aquellas que todavía tienen algo registran largas colas.

Más y más controles, solamente a este Gobierno se le ocurre la brillante idea de meterle más control en donde tienen que meter materia prima y ya. Ahora tienen fiscales diciendo cuándo y en cuánto deben vender el pan ¿Pero será que se les ocurrió que el problema es que no hay harina? Para mí es que les gusta jugar a la ineficiencia, expresó Fabiola Salguero, abogada residente de Palo Verde.

El dueño de una panadería ubicada en Chacao —que prefirió mantenerse en el anonimato— señaló que es mentira que a todas las panaderías les llega harina regulada son muy pocas las que cuentan con esa ventaja, el resto de nosotros debemos conseguirla por otros medios y a precios elevados, tampoco hay que olvidar que bajo nuestra estructura de costos tenemos trabajadores cuyos sueldos suben cada 2×3, y otras responsabilidades más que debemos afrontar, aunque puedan parecer caros [los panes], están justificados. El precio del pan campesino en este establecimiento es de 3500 bolívares.

Este martes, la Superintendencia de Precios Justos desplegó un operativo para revisar la distribución del producto y el superintendente William Contreras atribuyó las fallas en el despacho a las protestas de la oposición. No obstante, la crisis de abastecimiento del pan tiene meses.

Los registros de los puertos revelan que a Puerto Cabello han llegado en lo que va de año 157.000 toneladas de trigo, pero para atender la demanda de las panaderías se requieren de 120.000 toneladas mensuales.

Bajo el argumento de la “guerra del pan”, el Gobierno tomó la panadería Mansion’s Bakery, ubicada en la avenida Baralt. Le cambió el nombre por La Minka y su producción tiene que ser destinada a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap). Tres meses después de la ocupación, el local tiene limitaciones.

Detrás del mostrador donde se exhibían un par de rebanadas de torta y unas bandejas con galletas, había cuatro cajas repletas de pan canilla, al consultar a los encargados de la panadería sobre el precio, respondieron “aquí no vendemos pan”.

La negativa se repitió con las panaderías restantes de la zona, las cuales indicaron que como no hay harina, no hay pan. A diferencia de La Minka, estos locales no tenían nada.

Fotos: Luis Miguel Cáceres.


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