Ubicada en el centro de una bulliciosa Caracas, debajo del puente de las Fuerzas Armadas, se encuentra la Barbería Bolívar. Un emprendimiento liderado por Alberto, barbero de profesión, quien no dudó al momento de mostrar cómo es un día común en su lugar de trabajo.
Fotos y texto: Gleybert Asencio
ElEl “Estrella” uno de los barberos insignia del lugar.
El flujo constante de clientes obliga a Alberto a iniciar operaciones desde las 7:00 a. m.
En un pequeño mesón improvisado, Alberto ubica sus herramientas de trabajo.
La esquina de Romualda, debajo del elevado de las Fuerzas Armadas, es el lugar donde se encuentra la Barbería Bolívar.
Alberto afirma que su clientela es fija y cada día suma nuevos integrantes a sus filas de asiduos.
El “Estrella” hace alarde de sus habilidades con la hojilla y los cortes con degradé.
La limpieza de los peines es rutina fundamental para los barberos de la Barbería Bolívar.
Por día cada barbero puede llegar a atender hasta 20 clientes.
Los cortes más buscados son aquellos realizados con la afeitadora, ya que son rápidos de hacer y el look dura mucho más que un corte convencional a tijera.
Los asiduos a la barbería Bolívar están acostumbrados al entorno informal de la misma, dicen no prestarle mayor atención al tránsito de personas.
Con una toma eléctrica improvisada Alberto, surte de electricidad a los equipos de sus barberos.
El acabado del corte es el mismo que se podría esperar de una barbería formal.
“Vengo acá por la rapidez y los precios, siempre que vengo yo, traigo a mis chamos a cortarse el cabello también
Uno de los clientes hace mofa de la situación económica del país ofreciendo dólares para el pago de su corte.
