En dos oportunidades, guardias nacionales intentaron dispersar la concentración opositora. La primera fue frente a la Clínica Las Ciencias. Los marchistas se unieron con el grupo que venía de El Paraíso pero llegaron hasta la altura de los estadios en la UCV.

Caracas. A las 12:15 m., cuando más de 850 alumnos que reciben clase en el Colegio San Pedro, ubicado en la avenida Universitaria de Los Chaguaramos, abordaban los autobuses para salir del centro educativo, dos piquetes de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) comenzaron a reprimir la concentración opositora sin reparar en que su acción perjudicaría a los niños que estaban en esa esquina. Más de 40 funcionarios conformaban el contingente.

Dos autobuses escolares de color amarillo cargaban a los infantes para llevarlos a sus hogares cuando empezó la lluvia de lacrimógenas. Todos corrían a resguardarse, mientras las maestras intentaban socorrer a los chamos y los enviaban de vuelta al plantel.

El colegio San Pedro, ubicado al lado de una iglesia con ese mismo nombre, ofrece clases desde preescolar hasta sexto grado. Los infantes se tapaban la nariz con sus manos y corrían con los ojos cerrados debido al ácido efecto de los gases. Otros se colocaban el suéter escolar en el rostro para evitar el contacto del gas con las mucosas, pero eso no era suficiente. El humo se esparcía por todo el lugar.

Los niños salían con lágrimas en los ojos por los fuertes ácidos de los gases.

“No hubo niños afectados físicamente, pero sí psicológicamente. Muchos estaban llorando”, dijo la directora del Colegio San Pedro, la hermana Emma Limorte.

La institución mantiene a los alumnos en el horario comprendido entre las 7:30 a. m. y las 12:30 m., pero este miércoles todavía había estudiantes resguardados en las aulas y en otros espacios de la institución casi a las 2:00 p. m. Mientras la represión se mantuviera afuera no podían salir.

“Ya los autobuses escolares estaban afuera del colegio, como cada mediodía, para hacer el transporte hasta la casa de los niños. Cuando los choferes pudieron, metieron de nuevo las unidades al estacionamiento. Estamos esperando que los padres vengan a buscarlos”, dijo Limorte a eso de las 2:00 p. m. desde su oficina.

El domingo 23 de abril, el ministro de Educación, Elías Jaua, emitió un comunicado que establecía “la obligatoriedad que tienen las instituciones educativas oficiales y privadas de garantizar el cumplimiento del calendario escolar, el cual es el único órgano facultado para suspender o dar continuidad a las actividades educativas”.

El documento oficial también estima que “el incumplimiento de la normativa legal vigente tendrá consigo sanciones administrativas, disciplinarias y penales”.

Varios colegios en la capital decidieron suspender clases durante algunos días de la semana pasada a causa de las manifestaciones convocadas por la Mesa de la Unidad Democrática. Además, el Metro de Caracas llegó a cerrar hasta 27 estaciones, lo que impedía el libre tránsito.

Según la directora del San Pedro, a pesar de que sus niños hayan respirado los gases lacrimógenos mantendrán abiertas sus puertas para que los chamos acudan a sus clases.

Una mujer presente en la concentración opositora en Santa Mónica.

Los mismos funcionarios que lanzaron bombas a diestra y siniestra cerca del colegio también lo hicieron más temprano en la concentración de la oposición en Santa Mónica, en la misma calle donde está ubicada la Clínica Las Ciencias.

A eso de las 10:00 a. m., los militares quisieron dispersar la manifestación opositora en donde había varios diputados a la Asamblea Nacional, que optaron por dirigirse a la avenida Las Ciencias, hacia la entrada de la calle Simón Planas. Ahí esperaron que se unieran más vecinos y comenzaron a marchar.

“Vamos a llegar a como dé lugar a la Defensoría del Pueblo. Tenemos nuestra gente, tenemos nuestra ruta”, dijo con megáfono en mano, la diputada Gaby Arellano. La marcha pasó por el elevado San Pedro que los llevaría hasta Los Símbolos, donde se encontrarían con la marcha que venía desde El Paraíso.

Algunos diputados a la Asamblea Nacional forcejeaban con los militares que minutos antes habían lanzado bombas frenta al colegio.

La manifestación tomó rumbo hacía Plaza Venezuela, pero antes de llegar, un piquete de la GNB engrosado con dos tanquetas y varios funcionarios con equipo antimotín, los esperaba. Al frente de esta movilización iban Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, y los diputados, José Manuel Olivares, Carlos Paparoni, y el coordinador juvenil de Voluntad Popular, Hasler Iglesias.

De ese punto no lograron pasar. Los uniformados lanzaron bombas y poco a poco los manifestantes se dispersaron.

Así llegó la marcha a la altura de los estadios de la UCV, pero fue reprimida.
Estuvo presente en esta marcha, la esposa del Leopoldo López, Lilian Tintori.
Manifestantes desplegaron la bandera de Venezuela desde la plaza de los estadios de la UCV.

Fotos: Francisco Bruzco


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