Las prendas originales tuvieron un incremento de 600 y 450%, mientras que las imitaciones pegaron un brinco de hasta 1000% este 2015

Cristóbal Naranjo/@cristobnaranjo

Caracas. “Este año las ventas han estado flojas”, admitió José Alarcón en su puesto de la plaza del estadio Universitario, que con motivo del Caracas-Magallanes debió moverse de su ubicación habitual, más cercana a las taquillas donde se compran las entradas.

El martes en las horas previas al primer duelo de los Eternos Rivales, en la campaña 2015-2016, Alarcón junto a su socio Joan Salazar tenía la esperanza de que la fiebre por el clásico motivara a los aficionados a comprar las camisas, gorras, llaveros y demás recuerditos que ofrece desde hace ya 12 temporadas.

A diferencia de la zafra actual, en los campeonatos anteriores los dos comerciantes hacían la “pelota” de plata, quizás porque la asistencia en los choques distintos al gran duelo o a los Caracas-La Guaira era más nutrida, por los precios aún accesibles o simplemente porque los aficionados tenían mayor poder adquisitivo para “disfrazarse” de su equipo favorito.

Camisas y gorras cariñosas

Eso de vestir o lucir un motivo de la novena de los amores ya pasó a ser un lujo, si bien visitar los puntos del coso de Los Chaguaramos y adquirir una imitación de las prendas alusivas a las ocho novenas de la LVBP es una alternativa para poder expresar la preferencia beisbolera entre octubre y enero.

Los precios de las camisas en el quiosco de Alarcón y Salas oscilan entre 5.000 y 7.000 bolívares, lo que representa 1.000% de aumento en comparación a los entre 500 y 700 que costaban en la 2014-2015.

La mayoría de las gorras vale 2.500, pero hay unas que pueden alcanzar hasta 6.000, un incremento descomunal también de 1.000% o 714%, en el mejor de los casos, con respecto a los 250 y 350 que tenía que pagar el aficionado hace un año.

“La mercancía es de calidad y la traemos de Valencia”, aseguró Salazar, quien también tiene llaveros desde 300 bolívares.

Las originales por las nubes

Más allá de las “bondades” de las piezas que se consiguen en la plaza de los estadios, ninguna se acerca en cuanto a calidad, confección y diseño a las originales que se pueden adquirir en las tiendas oficiales de Leones, Navegantes y Tiburones en Caracas o en la página de la Tienda del Fanático www.latiendadelfanatico.com que cuenta con el aval de la Liga.

Al ingresar al referido portal y buscar las camisetas, el costo de la de Caribes de Anzoátegui de local y visitante deja en claro quién es el actual campeón, pues para llevarla en el carrito de compras se necesita más de dos sueldos mínimos, esto es 21.250 bolívares, por encima de los 20.982 que se requieren para encargar la de Caracas y Magallanes.

Los acérrimos partidarios de Cardenales y Águilas del Zulia precisan de 19.553 para exhibir dichos colores. Y si al comprador le gusta sufrir y se identifica con los Tiburones de La Guaira deberá pagar 17.410 por la camisa de home club, 12.496 por la que los escualos usan lejos de la UCV y 20.982 por el modelo alternativo. En el muy improbable caso que haya algún simpatizante de Bravos de Margarita en línea, tendrá la dicha de cancelar un precio de la campaña pasada: apenas 2.008 bolívares por la camisa negra. Por ahora, en el espacio virtual no hay blusas de los Tigres de Aragua.

“Con esta apertura buscamos acercar a los fanáticos de todo el país a sus equipos, emulando buenos ejemplos como los de Major League Baseball, en un esfuerzo consciente de potenciar el merchandising oficial en el país”, comentó Oscar Prieto Párraga, presidente de la LVBP y principal impulsor de la venta en línea.

En cuanto a las gorras originales, su precio varía entre 16.250 y 1.116, otra vez la más económica la del cuadro insular y la de los Eternos Rivales a 9.017.

Gran incremento

En el torneo pasado, las camisas originales de Magallanes, Caracas y La Guaira tenían un valor aproximado de 3.500 bolívares o sea aumentaron 600%. En el caso de las también popularmente conocidas como “cachuchas” el salto fue de 450%- tomando como referencia el precio de las de capitalinos y carabobeños- ya que en la temporada que coronó a Caribes de Anzoátegui no llegaban a 2 mil.

Lejos del monitor y el tarantín virtual de la LVBP, tarde a tarde se acerca mucha gente a los alrededores del Universitario y se detiene en el puesto de Alarcón y Salazar. La mayoría observa, pregunta y se va. “La gente chilla mucho”, se quejan los dos vendedores informales, que esperan con ansias que el próximo Caracas- Magallanes al menos caiga en quincena.

Foto: Karla Calderón


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