Caracas en su aniversario 452 se hace sentir entre los que migraron

aniversario 452

Personas que nacieron, se criaron en la capital y se marcharon al exterior en búsqueda de mejores oportunidades cuentan lo que extrañan de su ciudad, cómo lo compensan y qué desean para ella al cumplir este 25 de julio 452 años de su fundación.

Caracas. El Ávila, las guacamayas, el clima, los espacios públicos, la música y el buen humor de la gente, figuran en la lista de nostalgias que dejaron atrás quienes decidieron irse al exterior en busca de mejores oportunidades, y este 25 de julio, cuando es el aniversario 452 de la fundación de Caracas, justo aquellos que están más allá de sus fronteras hicieron un alto para expresar sus sentimientos y añoranzas.

Julio Materano, con dos meses en Madeira, Portugal, describe a la capital como la ciudad del destierro y de las despedidas. Aun así, señala, tiene su encanto. Incluso lo agitada le saca suspiros. Cómo extraño ese temperamento amable, buen humor, su catedral y el canto de las guacamayas. Sus parques, Los Caobos y Los Próceres, a donde solía trotar. Añoro sus árboles primaverales y su arquitectura, que resume la historia de lo que tal vez sea la ciudad más importante de Venezuela.

El Ávila figura entre los recuerdos que se llevó en la maleta, así como el de la gente honesta y trabajadora de la ciudad.

Dayana Rivas, quien también tiene dos meses en España, piensa constantemente en sus espacios y lamenta que la inseguridad y la basura impidan su disfrute. Hoy no se puede ni caminar por las torres del Centro Simón Bolívar en El Silencio, donde trabajé durante 12 años. Por eso pido para Caracas la recuperen de los espacios públicos y patrimoniales, que los mantengan limpios y seguros.

Son caraqueños de pura sepa que la crisis económica y social sumó al fenómeno de la diáspora y que en fechas como el aniversario 452 —cuando se celebra una tradición, la esencial de lo que es la ciudadanía, el sentir de lo local y cuando se remueven los sentimientos— desde la lejanía también celebran.

Hercilia Garnica, que ya lleva siete meses en Los Ángeles, Estados Unidos, echa de menos el clima de Caracas. Nunca hace demasiado frío o demasiado calor. El sol tiene personalidad, calienta, se impone, pero nunca molesta.

Extraña al caraqueño dicharachero, al que te habla sin conocerte y te cuenta su vida en el autobús. “Al caraqueño espontáneo que te dice ‘mi amor’ y ‘te quiero’ sin reparos. Los abrazos cálidos de los amigos que dejé, los puestos de frutas en cada esquina y el aroma que dejan en el aire. El cielo azul”.

Afirma que “no hay manera de compensar todo eso. Acá aprovecho los parques para caminar, el transporte público que funciona y es puntual y las noches a las que ya no temo”.

Desde Perú, Daniel Santos afirma que hasta las colas y el Metro le hacen falta. Hace dos años que se fue a Lima, que es una ciudad parecida, pero sin montañas. “En ocasiones me meto en grupos de redes sociales que comparten fotos de la Caracas que vivimos y así sobrevive mi nostalgia capitalina”.

Es mi terruño que extraño constantemente. El clima, la vista hacia El Ávila, el Metro y su congestión. Caracas me hace tanta falta como mi familia”. La forma de ser tan acelerada y tan segura de Gabriel Carriedo, quien cumple el próximo 17 de diciembre tres años desde que migró, hace que las acciones que emprende le mantengan el caraqueño en los poros y en la mente.

También Karelys Márquez, que está en Temuco, Chile, desde hace año y medio, este 25 de julio se pone nostálgica por el clima tan sabroso que tiene no solo Caracas, sino su montaña Carapita, a partir del kilómetro 7. Con videollamadas compensa la ausencia de su gente. “Acá hice nuevos amigos, pero no es lo mismo, esto es muy frío”.

La solidaridad también la resalta Elsy Rodríguez. Hace cuatro años que se fue. Durante los primeros dos y medio vivió en España y el resto en Perú. De la capital de Venezuela añora todo, principalmente la alegría de los ciudadanos aún en los peores momentos. “De todo se hace un chiste”. Tiene presente la franquicia de pollo Arturo’s, los golfeados, una canilla caliente, el queso y, por su puesto, el clima inigualable, un helado en Crema Paraíso, una reina pepiada. Todo eso la mantiene ligada a la tierra que resiste a las faltas del Ávila. Ahora, trata de balancear la “pérdida” que le dejó ser parte de la diáspora “conociendo otras culturas y adaptándome a estas circunstancias”.

Deseos para Caracas

Desde la distancia, haciendo conexiones vía Internet, igual se suman a las peticiones y buenos deseos. Que estén en otros continentes, aquí en la región, igual piden por Caracas y celebran su aniversario 452:

  • Más espacios públicos y seguros. Más lugares de encuentro y sitios para caminar.
  • Paz, seguridad, salud, educación, comida, libertad, justicia social.
  • Erradicar el odio.
  • Trabajar por el sentido de pertenencia.
  • Gobernantes que trabajen en la reconstrucción de la ciudad.
  • Que sea más vivible y que haya más ciudadanía.

En este aniversario 452 de Caracas, también quisimos darle espacio a otras voces, que igual la sienten y sufren desde la distancia.

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