Caracas llegó a 449 años con sus calles inseguras

oeste de caracas

Los caraqueños ya no disfrutan de su ciudad como antes y viven con toque de queda autoimpuesto, por eso añoran contar con una vigilancia que los haga sentir seguros al momento de salir en familia.

Shaylim Castro/@ShayC_

Caracas. “A mí me robaron el celular. A mi esposo lo atracaron una noche después de comer con su jefe. A mis dos hijos los han robado en el metro, con sus parejas. Y a mi hija, mientras caminaba en el centro con su esposo les robaron hasta los bolsos”, recordó Mildred Caraspe, de 52 años, desde el bulevar de Sabana Grande.

Ya sea en el Metro, en las camioneticas, en las calles y en cualquier calle de la ciudad, Caraspe se siente expuesta al hampa y no es para menos, pues tanto su experiencia como las de su familiares sucedieron en menos de un año.

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A pesar de su caos y con sus 449 años encima, Caracas, “la ciudad de la eterna primavera”, se hace querer por sus ciudadanos. No obstante, en los últimos años más de uno lo piensa antes de salir a sus calles para disfrutar del entretenimiento que ofrece el entorno capitalino, pues cada cuento con el hampa y la inseguridad es peor que el anterior.

Con dolor, Caraspe expresó que “ya no hay una zona roja, toda Caracas es una zona roja”, por eso tanto ella como su familia viven en un toque de queda autoimpuesto luego de sus incontables experiencias, y ya a partir de las 7:00 pm todos se guardan en sus casas.

Ella no sabe en qué momento su ciudad se salió de control, pero añora volver a disfrutarla como antes sin tener que volver a ver un arma ni delante de ella, ni de sus hijos.

Plaza Venezuela. 29 de septiembre de 2015 / Angeliana Escalona / Cronica Uno

Marcial Betancourt, de 45 años, lleva toda su vida en “la ciudad de los techos rojos” y de su época juvenil extraña caminar con tranquilidad en las calles, como lo hacía con sus padres.

“Antes igual había malandros, pero había castigo. Ahora las cosas han cambiado demasiado desde esa época, ahora te pueden hasta matar si no te dejas robar”, sostuvo el hombre, mientras leía su periódico en pleno bulevar de Catia, al oeste de la ciudad.

Algunos habitantes indicaron sentirse inseguros cada vez que salen a las calles. Sienten que viven en una ruleta rusa y que en cualquier momento les puede llegar el turno de contar su historia.

Más vigilancia con eficacia

Algunos caraqueños expresaron que es muy difícil que las cosas vuelvan a ser como antes, como la ciudad de los años 70 u 80, cuando recorrían sin preocupaciones las calles y podían disfrutar de las bondades de su capital cumpleañera, para la que pidieron como regalo más vigilancia “de verdad”, a fin de que las cosas mejoren.

Festival de la Lectura Chacao_LEER Caracas

Alfredo Rivas, un comerciante del centro de Caracas, exigió que se reformen las leyes pero que también se acabe la corrupción, pues para él, algunos funcionarios policiales son cómplices de los malandros: en varias ocasiones ha visto cómo agarran los delincuentes y al rato los vuelven a soltar.

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“Tienen que haber nuevos proyectos, gente nueva que trabaje. Dentro de esos organismos hay mucha corrupción. Tienen que castigar a los malandros, pero castigos de verdad, para que tengan miedo cuando salgan a robar”, agregó.

Si bien no todos ponen su entera confianza en los cuerpos policiales de la ciudad, indicaron que estos de alguna manera ayudan a mantener alejados a los amigos de lo ajeno. Aunque prefieren no fiarse y tomar previsiones por su cuenta —como no salir a altas horas de la noche o evitar utilizar objetos de valor, por ejemplo—, mientras otros simplemente se limitan a “encomendarse a Dios y a los santos”, pues nunca se sabe cuando el hampa les toque la puerta.

Fotos referenciales: Cristian Hernández, Angeliana Escalona, cortesía Alcaldía Chacao


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