A ese sector llegan los productos regulados una vez a la semana. Por eso las colas son inmensas y la molestia de la población crece día a día. En la calle principal colocaron una cámara la madrugada de este miércoles. “Ahora nos están vigilando”, dijo un vecino.
Caracas. Los sucesos del pasado martes, cuando una masa de personas protestó por la falta de comida, están más frescos que nunca en la mente de los vecinos del sector Carapita de Antímano, quienes siguen molestos e incluso señalan que la próxima vez van a manifestar frente a Miraflores, “porque el pueblo tiene hambre”.
En Carapita llegan los productos regulados una vez a la semana, cada miércoles. El que pasó vendieron harina y mantequilla.
“Por eso las colas son inmensas y la gente se cansa. Jorge Rodríguez y el mismo Diosdado Cabello deben venir a Carapita, para que vean que el pueblo tiene hambre. La próxima vez no vamos a trancar la intercomunal, sino que nos vamos a ir a Miraflores. Ese día va a bajar el cerro completo”, dijo Dolores Villegas.
Además, recalcó que el hambre no tiene color político y que a ella la están obligando a renunciar al consejo comunal para que le pueda llegar la bolsa de comida a la gente de la calle 4 de Carapa.
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“Yo sí recogí las firmas para el revocatorio, pero el derecho a la alimentación no me lo pueden quitar. La comuna Luisa Cáceres de Arismendi se maneja así de arbitraria. Quizá yo puedo esperar un mes, pero la gente del barrio no va a aguantar. Nos van a tener que llevar a todos presos”, declaró Villegas en tono desafiante.
José Gregorio Ochoa, líder comunitario, secundó lo dicho por Villegas y añadió: “De Carapita van a sacar a muchos Coromoto”.
Lo dijo en respuesta al diputado oficialista Diosdado Cabello, quien lanzó amenazas a quienes participaron en la protesta de Carapita.
“Sigan, sigan, que a todos les va a pasar como a Coromoto”, afirmó el parlamentario refiriéndose al jefe de seguridad del presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, preso desde la semana pasada.
Aparente normalidad
Este jueves, la actividad comercial en la zona se restituyó por completo. Los dueños de los locales trabajan con mucho miedo, pues temen que se repitan los saqueos y dañen los bienes inmuebles.
Nelson Caldeira, socio de una carnicería ubicada en la calle principal de Carapita a la que le destrozaron la santamaría el pasado martes, señaló que ellos no tienen mucha mercancía y ahora los distribuidores no quieren trabajar para los barrios.
“Es muy poco lo que tenemos, y ahora con esta zozobra… Fue la misma gente de por aquí la que vino a hacer daños, quizá hasta han comprado aquí. Luego de 20 años en el lugar y nos pasa esto. Yo tengo la mente en blanco. No sé qué pensar. Uno siente miedo, y si ocurre algo feo tendremos que salir del negocio corriendo. Ni siquiera tenemos seguro, pues esa es otra: las aseguradoras no quieren trabajar con este tipo de negocios. Lo que nos espera no es fácil”, relató.
Como él, Mikel Jaspe, un comerciante que solo trabaja con licores, contó que el lunes les decía que no tenía nada en el local. “La verdad es que esto preocupa porque estoy en medio de dos comercios a los que les llegan productos regulados. No quiero meter más mercancía, mira tengo eso pelado. Aquí hay mucha tensión”, acotó.
Los vendedores informales trabajan a sus anchas y viendo cómo los funcionarios de la Policía Nacional Bolivarina (PNB) se pasean entre los puestos con sus equipos antimotines.
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Hubo vecinos que denunciaron que además del poder que van a tener los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), desde hace unos días, los colectivos están controlando las colas. “Eso nunca se había visto aquí en Carapita y ahora nos tenemos que someter a esos grupos. No estamos de acuerdo”, afirmó una señora mientras hacía la cola para agarrar el jeep.
En ese mismo punto, en la entrada del barrio, colocaron en uno de los semáforos una cámara que espabiló a todo el que paso por ahí.
“¿Y eso para qué es? Ahora nos están vigilando. Aquí mismo en medio de la calle mataron a una persona, roban a cualquier hora. A los que salen del Metro los tienen a monte, ¿después de las protestas es que van a poner una cámara de seguridad?”, comentó un señor molesto que no quiso ser identificado.
Los mototaxitas que hacen vida en esa esquina -en la entrada principal de Carapita-, comentaron que mientras ellos hablaban los estaban grabando. Así que no dieron muchos detalles del aparato. Solo uno alcanzó a decir que ese dispositivo lo colocaron de madrugada y que ellos vieron a una cuadrilla de la Cantv la mañana del miércoles.
Denunciaron que los policías que ahora se quedan cuidando la entrada del barrio les informaron que no pueden estar en ese punto en horas de la noche. “Nosotros trabajamos en turnos. Aquí la ruta troncal funciona hasta las 9:00 pm y nosotros subimos en moto a los pasajeros que lleguen tarde. Esto es un servicio y ahora no podemos prestarlo. La cosa está cambiando”, explicó uno de los trabajadores.
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