Los politólogos Guillermo Tell Aveledo y Piero Trepiccione señalaron que el programa busca limitar la libertad de los ciudadanos a través de la asignación de beneficios sociales.
Caracas. Para los politólogos Guillermo Tell Aveledo y Piero Trepiccione el “carné de la patria” anunciado por el Gobierno tiene como objetivo un control político y electoral sobre la sociedad a través de la asignación de fondos y subsidios, por parte del Estado, en temas básicos como la alimentación, la vivienda y la salud. “Esa focalización permite gestionar mejor o intentar gestionar mejor el rédito político de los programas sociales”, señaló Trepiccione.
El instrumento generó polémica, incluso entre algunos de los aliados del chavismo, como el Partido Comunista de Venezuela (PCV) que consideró que este no cumplirá su propósito. Para Aveledo, se trata de usar los recursos limitados que se importan y distribuyen para mantener la “clientela política” que formó el Ejecutivo durante estos años: “Se busca que sean menos proclives a abandonar al chavismo en un escenario electoral”.
Trepiccione agrega que el programa, en el que las personas deben suministrar todo tipo de información personal, generará una base de datos que el Gobierno puede usar para elaborar sus estrategias electorales:
“Se trata de data importante para tomar decisiones y manejarse políticamente. No es un problema de popularidad, sino de funcionar más organizadamente. Saben que ya no son mayoría y tratan de organizar mejor esa minoría para hacerla actuar políticamente hacia determinados objetivos políticos, sembrado división en la oposición y afianzando tu propia fuerza”.
Aveledo señaló que el descontento con el Ejecutivo se debe, fundamentalmente, a la crisis económica y la disminución en los subsidios y beneficios clientelares que esta trajo. A su juicio, esto apunta a estrechar el control sobre las bases del chavismo. “Si estás en esta comunidad, es con la tarjeta o los Clap, se hace más fácil la coerción del PSUV a través del castigo político”.
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Trepiccione consideró el instrumento como un mecanismo “perverso” que imita programas similares, como la tarjeta de racionamiento cubana.
“Es un mecanismo desde hace muchos años que permite ese control absoluto por parte de las autoridades del Estado de las demandas sociales. ‘Si tienes una actitud política distinta, te presiono y te libero de los beneficios de la política social o del Estado’. Elimina la soberanía y la capacidad suprema de recibir la debida alimentación, que se le otorga al funcionariado y la burocracia partidista”.
Aveledo considera que la diferencia con la tarjeta de racionamiento es que el carné de la patria se dirige a un “target específico”. “Más funciona la escasez real que la tarjeta de racionamiento. Se trata de vincular los productos que existen con la clientela inmediata”, manifestó.
A su vez, Trepiccione destacó que está por verse si el carné de la patria correrá el mismo destino que otras estructuras del chavismo:
“Ha habido estructuras como los círculos bolivarianos, los consejo comunales, las comunas, que han quedado atrás. No ha habido eficiencia y se pasa a una instancia nueva. Este tipo de planes requieren de un estado parapolicial de vigilancia mutua, como los llamados ‘patriotas cooperantes’ para que se hagan efectivos los castigos con los alimentos. Imponer un mecanismo de esta naturaleza, con el clima de descontento que existe no va a ser fácil. No se va a implementar sin antes presentarse un cúmulo de resistencia importante”.
Foto referencial: Miguel González
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