En el Caruto de Petare ya se cansaron de esperar una respuesta de la Alcaldía de Sucre

Han transcurrido casi dos meses desde que ocurrió el derrumbe de un muro en ese sector. La dueña de la casa más afectada teme que se desplome otra parte de la estructura.

Caracas. El 1º de septiembre, la familia de Elisner Hernández y sus vecinos escucharon desde sus hogares un estruendo que les hizo asomarse de inmediato a las ventanas y puertas a ver qué había sucedido. Allí Hernández se dio cuenta de que un muro, ubicado a unos metros de su casa y que tenía varios días con una filtración, se vino abajo y derrumbó el portón de la entrada de su hogar.

“Desde ese momento vivimos trauma. No podemos dormir bien” (sic), dijo resignada Hernández en el que era el patio de su casa, que ahora está desprotegido sin portón y cargado de barro y escombros. La mujer reside en el sector El Caruto, de Petare.

El hecho cambió por completo la vida de Hernández, sus dos hijas y su esposo. En el patio de su casa, el padre de familia tenía estacionado el carro que usa para trabajar como taxista por las noches, pero debido a los escombros no pudo sacar el automóvil hasta el pasado miércoles. En casi dos meses, el sustento económico del hogar se vio muy limitado. Contó Elisner que su cónyuge vendió un celular y con la ganancia fue que se administraron para comprar comida.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
Vecinos del sector temen que se termine de desplomar por las lluvias.

Debido al desplome del muro, los escombros rompieron uno de los tubos principales de agua de ese sector, por lo que los vecinos estaban avocados a ayudar a la familia Hernández en lo que necesitara. “Ellos [los vecinos] estaban pendientes hasta que el Instituto Municipal autónomo de Aguas y Acueductos de Sucre (IMAS) vino e hizo su trabajo y activó el suministro. Después de ese día nadie se acerca por aquí. Eso se quedó así”, comentó Elisner.

Un mes y veintiún días transcurrieron y apenas el 19 de octubre fue que una cuadrilla de siete obreros de la Dirección de Obras de la Alcaldía del municipio Sucre llegó al lugar a recoger parte de los escombros.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
Herramientas de trabajo de los obreros de la Dirección de Obras de la Alcaldía de Sucre.

El jefe de operaciones de ese departamento, Ismael Kisling, acudió al sitio con su equipo y procuraba retirar la mayor cantidad de desechos en una sola jornada, ya que el taladro industrial que usaban para romper las piedras de concreto más grandes era alquilado y la Alcaldía no tiene el dinero suficiente para rentarlo los días que sean necesarios.

“El día de alquiler cuesta Bs. 76.000. Ismael nos dijo que adelantáramos hoy lo más que pudiéramos porque para mañana no tienen dinero para alquilarlo”, aseguró el jefe de la cuadrilla de obreros, que quiso mantener su identidad en secreto.

A Elisner le ha tocado pernoctar a las afueras de su residencia para vigilar que no se meta ningún delincuente porque no tienen portón ni nada que los resguarde de la inseguridad. Sin embargo, una madrugada, mientras ella dormía, le robaron una escalera e intentaron abrir el capó del carro.

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No solo tiene que lidiar con el riesgo que representa el hampa, sino también con la incertidumbre de no saber qué día sus hijas pueden ir a clases. “Hay días que no las mando porque no tengo qué darles de desayuno, y a veces no tengo ni para pagar el pasaje”, comentó.

El día que acudió el grupo de obreros de la Dirección de Obras, ella junto con su mamá y la ayuda de algunos vecinos hizo una sopa para ofrecer a los trabajadores, como una forma de agradecerles el trabajo que hicieron en esa ocasión.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
Obreros en el patio de la casa de Elisner.

El desplome del muro también debilitó la calle principal del barrio Maca, y hasta el sol de hoy, la comunidad se organizó para trancar la calle y evitar que circulen por el lugar los jeeps y camionetas por puesto que acostumbraban transitar por esa arteria vial. Solo permiten el paso de peatones y motos.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
Con piedras y palos los vecinos cerraron la calle para evitar más peso.

En casi dos meses de espera, Elisner no tiene claro cuándo la Alcaldía de Sucre inicie las obras para construir nuevamente el muro. Teme que lo que queda de la estructura se termine de caer y su casa se venga abajo. Por lo pronto, está resignada a que el barro sea parte del “paisaje” de su hogar y se habitúa a la angustia constante que supone cada llovizna.

“Si no tienen plata para alquilar el taladro por dos días, ni idea de cuándo van a tener la plata para armar de nuevo ese muro”, sostuvo, mientras le servía agua a los obreros.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
Un vecino del sector dice que esa casa de cuatro pisos puede ser la causa del derrumbe del muro.

Fotos: Miguel González


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