El transporte público no opera con normalidad debido a los botes de agua que se mezclan con barro y forman un pantano inaccesible hasta para los jeeps. Vecinos piden a la Alcaldía de Caracas que le ponga atención al problema, que data de hace mucho años.
Caracas. En las últimas semanas las lluvias han sido frecuentes en la capital y los sectores más afectados, la mayoría de las veces, son los conformados por barriadas y espacios populares. Los charcos y los “ríos” que se generan o bajan por los cerros le impiden al transporte público funcionar con normalidad, por lo que a los ciudadanos que viven en las zonas más altas les toca subir a pie hasta su hogar y empaparse los zapatos.
“Es una situación que surge cada vez que llueve”, aseveró José Quintero, habitante de las residencias Pedro Elías Gutiérrez en Casalta I. Frente a ese edificio hay una alcantarilla que no se da abasto con la cantidad de agua que corre por el lugar, que se desborda y luego crea un pantano que imposibilita el acceso de carros particulares, autobuses, jeeps y hasta mototaxis.
Esa calle es la más concurrida del sector, ya que de un lado de la acera está ubicado el barrio El Nazareno y delante se sitúan los bloques 7 y 8 de las residencias Pedro Elías Gutiérrez.
“Hay vecinos que viven en mi edificio, que tiene carro y no lo pueden usar para ir al trabajo porque el barro queda en la salida del estacionamiento. Les toca irse a pie”, dijo Quintero.
Francisco Durán es chofer de la línea de autobuses que cubre Casalta II hasta Propatria. Su unidad tiene 15 puestos y el pasado jueves no pudo recoger usuarios en todo el trayecto a causa del barro que obstruye la vía. Adicional a esto, los vecinos más afectados por la corriente de agua levantaron la alcantarilla que atraviesa la calle, lo cual le impidió el paso.
“Hoy vinieron varios camiones de la Alcaldía de Caracas y otros de Hidrocapital a limpiar, pero eso es un problema grave. Cada que llueve, por más que limpien se vuelve a llenar toda la calle de barro. Los que siempre asean el lugar son los vecinos de aquí, a los que más les afecta” (sic), contó Durán.
A los habitantes de esa comunidad no les queda de otra que abordar la camioneta o jeep que los deja a la altura de la alcantarilla destapada, mientras que al que viva más arriba le toca subir a pie porque no hay manera de que otro tipo de transporte cumpla la ruta.
“Ayer en la noche fue que limpiaron algunos vecinos, y hoy vinieron los camiones de la Alcaldía, pero igual cuando vuelva a llover fuerte se va a tapar y embarrar la calle”, sostuvo Quintero, quien también es dirigente comunitario de Catia.
Fotos: cortesía José Quintero
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