Casi 25% de las carnicerías de Aragua están cerradas

Foto Gregoria Díaz

Los elevados costos de la carne y la escasez del producto han obligado a muchos carniceros a bajar la santamaría. Los precios regulados anunciados oficialmente en el mes de novimebre brillan por su ausencia, al igual que la proteína animal.

Maracay. Hace apenas un mes que el gremio carnicero y el Gobierno acordaron nuevos precios para el producto, debido a las pérdidas económicas que registra el sector. En ese entonces se estableció el kilo de lagarto con hueso, costilla y huesos rojos en 38.000 bolívares, mientras que la carne de segunda, como solomo abierto y falda, quedó en 47.000 bolívares. Los cortes de primera —excepto Lomito, que valdría 80.000 bolívares— se expenderían en 75.000 bolívares.

Foto Gregoría Diaz.
Las neveras de las carnicerías en Aragua están vacías.

Sin embargo, la realidad es distinta. La carne prácticamente ha desaparecido, obligando a los expendedores a bajar la santamaría de sus negocios. Los precios establecidos son ficticios y en las pocas carnicerías que aún se mantienen abiertas, la carne se vende entre 180.000 y hasta 200.000 bolívares el kilo.

De las carnicerías registradas en el estado, entre un 20 y 25 % ha cerrado ante la falta del producto o sus elevados costos para la venta, señala Marcelino Fernández, presidente de la Asociación de Carniceros del estado Aragua.

De hecho, en un censo realizado 10 años atrás por la Asociación, estaban registradas unas 1700 carnicerías. Actualmente, de acuerdo con las estadísticas que maneja su presidente, solo quedan unas 1100 carnicerías operativas y a medias, es decir más de 35 % en ese período.

Los carniceros reciben el canal, entre 85.000 y 95.000 bolívares, a los que debe sumársele un 25 % correspondiente a huesos y grasas que elevan el costo del canal en 120.000 bolívares para el carnicero, quien además debe cancelar los gastos operativos e impuestos que apenas le dejan entre un 12 y 15 % de ganancias, cuando los márgenes deberían ser de un 30 %.

Fernández asegura que los precios regulados por el Gobierno, no cubren los gastos operativos de las carnicerías. De allí que muchas de ellas han cerrado. La situación se torna más crítica, porque la crisis económica por la que atraviesan los venezolanos hace imposible que la mayoría de las familias puedan elaborar y degustar las tradicionales hallacas de Navidad y Año Nuevo, debido a los altos costos de los productos, entre ellos la carne.

Fotos: Gregoria Díaz


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