El cobro de vacuna y los altos costos de los repuestos tienen de cabeza a taxistas capitalinos (IX)

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Los que están detrás del volante haciendo carreras particulares ruletean más de 12 horas para poder comprar los insumos. Muchos prefieren hacer la mecánica de su carro para ahorrar los costos del taller. Ahora para alargar la vida de sus unidades y prevenir atracos hacen carreras más cortas.

Caracas. Hace 20 días reparar el tren delantero me costó Bs. 100.000, las válvulas Bs. 125.000, dos tripoides me costaron Bs. 100.000. Trabajo para mantener el carro. Ser taxista no es rentable en estos tempos.

Francisco Hernández sale de su casa a las 8:00 a. m. y ruletea su carro hasta las 6:00 p. m. para poder redondear lo que llaman un “día bueno”.

Hace un tiempo atrás cambiaba de carro cada año y medio, y me di el lujo de tener dos y hasta tres. Los sacaba de agencia. Y todo siendo taxista. Ahora ando con un perolito y trato de sobrellevar la carga. Es muy costoso, y si a eso le sumamos los robos y los secuestros, no, de aquí no se saca ningún beneficio.

Los altos costos de los insumos y la escasez de autopartes no son exclusivas del transporte público. El brazo de esta crisis también toca los bolsillos de los taxistas, que se debaten entre reducción de jornadas, robos y evitar caer en un hueco para no dañar los tripoides del carro.

Abad Márquez, presidente de la Federación Nacional de Taxistas, describe un panorama no tan claro para el sector: en el municipio Libertador hay 190 líneas de taxis registradas, en cada una hay un promedio de 30 asociados —para conformarse necesitan como mínimo 20— y en la actualidad tienen un déficit de cuatro o cinco carros precisamente por la falta de algún insumo.

Un caucho promedio para este sector del transporte cuesta un millón de bolívares. Quizá se reúne en un mes con mucho esfuerzo, pero eso se va en los costos de mantenimiento, en 20 días uno puede gastar en promedio Bs. 300.000. Uno aquí no tiene beneficios ni ningún tipo de seguridad social, todo —comida, vestido, educación y salud— sale de la producción diaria”, acotó Francisco Hernández, taxista de plaza.

Crisis generalizada

La situación que describió Abad Márquez es un común denominador en El Hatillo (20 líneas legales), Baruta (48) Sucre (30) y Chacao (33). En todas hay una merma de unidades y reducción del servicio.

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Ya no hay muchos libres en las calles. Hay unos carros que pareciera que se van a desarmar y no quieren ir a zonas lejanas. Solo carreras cortas, comentó Luis Díaz, usuario.

No hay suficientes carros para cubrir la demanda, precisamente por lo que explicó Márquez: no hay acceso a los repuestos.

Y en las mesas de seguimiento que mantenemos con el Ministerio de Transporte Terrestre, la última realizada el pasado 27 de septiembre, se plantearon propuestas para la atención integral del transportista. De hecho, se creó un órgano superior del transporte y se instalaron de nuevo mesas de trabajo para tratar lo referente a la seguridad ciudadana y el tema de los insumos, explicó el gremialista.

Mientras se deshoja la margarita, la calle es ruda para el que presta el servicio y para el que quiere movilizarse.

La tarifa mínima, cerca de cuatro cuadras, sale en Bs. 5000 y ahora con el tema del poco flujo de efectivo, los profesionales del volante hacen menos carreras.

Abad Márquez contó que ahora muchos prefieren hacer la mecánica a sus carros para ahorrarse el costo del taller y que al tema de la escasez de repuestos se suma el hecho de que hay una gran cantidad considerable de carros de fabricación asiática parados porque en el país no hay mano de obra calificada para repararlos.

Mejoras detrás del volante

En la última mesa de trabajo con el Ejecutivo, la Federación planteó que se apoye la profesionalización del chofer y que se cree un mecanismo de asistencia a través del Seguro Social.

Uno va sentado aquí a Dios rogando y con el mazo dando. Es una suerte no caer en manos de los delincuentes. Por el rescate de un carro le pueden quitar a unos más de tres millones de bolívares. Tengo compañeros parados por una batería, semanas esperando para reunir la plata y cuando al final salen a la calle, caen en manos de unos delincuentes. Eso es lo que no ve el Gobierno, destacó Efraín Lugo, al tiempo que pronosticó la reducción forzada de taxis después de las 5:00 p.m. El que tiene un carro para ruletear ahora lo va a cuidar más. Sale más barato dejarlo en la casa y hacer otro oficio.

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Foto: Francisco Bruzco


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