Quienes se dedican a la venta de frutas, verduras, hortalizas y carne deben ingeniárselas para no quedarse sin gasolina en sus rutas y piden a sus compradores que les guarden combustible. Los comerciantes se ponen de acuerdo para pagar una pimpina, que puede costar alrededor de 110.000 bolívares.
San Cristóbal. Pese a la severa escasez de combustible que sufre Táchira, el precio de verduras y hortalizas se mantiene estable, al menos por ahora. Sin embargo, aumenta la preocupación por la dificultad de adquirir alimentos de origen vegetal a medida que se agudiza la crisis.
“No ha subido el precio, pero sabemos de gente que debe guardarle al menos una pimpina de gasolina a los camioneros que traen las verduras”, dijo Wilmer Somoza, trabajador del mercado de los Pequeños Comerciantes en el sector de La Concordia en San Cristóbal.
Indicó que en el terminal y sus adyacencias la venta de pimpinas de gasolina es “normal”, pero que con el recrudecimiento de la crisis por la falta de gasolina se ha convertido en un negocio aún más rentable, pues todos los camioneros necesitan del carburante para volver a sus lugares de origen.
Señala que hay locales que se unen para comprarle a un solo camionero y así entre todos pagar la pimpina de gasolina que hay que suministrar, que puede estar costando entre 50.000 y 60.000 pesos colombianos, lo que equivale a más de 110.000 bolívares.
La falta de gasolina también afecta la distribución de carne, cuya merma se calcula en un 70% en el estado Táchira, incluyendo leche y sus derivados, según el vicepresidente de la Asociación de Ganaderos de Táchira (Asogata), Edgar Medina.
Los miembros de Asogata se han reunido en diversas oportunidades a fin de formalizar propuestas que garanticen la distribución del alimento en la región, pues no solo es preocupante la falta de gasolina sino también los constantes cortes en el servicio eléctrico que ponen en riesgo los productos de origen animal.
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