El subir fotografías a las redes sociales en las que se muestra la insignia del colegio donde estudia el niño o adolescente, fachadas del lugar de residencia o el sitio en el que comen o se encuentran en el momento, incrementa el riesgo de ser víctimas de la delincuencia, según expertos de Cecodap.

Caracas. Informarse sobre el tema, conocer los gustos, habilidades y destrezas de los niños y escuchar cómo se sienten física y emocionalmente son algunas de las recomendaciones que expusieron expertos de la asociación civil Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) en un panel transmitido a través de sus redes sociales.

El encuentro, denominado “Redes sociales y sus riesgos”, trató no solamente sobre los peligros que conlleva el mal uso de las redes sociales, sino del impacto que este puede tener en los niños, niñas y adolescentes, y qué pueden hacer las familias para disminuir y evitar tales efectos. 

La psicóloga de Cecodap, Jannia Orta, mencionó que la comunicación entre los padres y sus hijos es la principal herramienta capaz de prevenir que niños y adolescentes sean víctimas de extorsión, chantaje, explotación sexual y pornografía infantil.

Orta señala que es importante que los niños no busquen atención en otras cosas u otras personas: “Debemos escuchar cómo se sienten los chamos, ver si algo ha cambiado en sus conductas, fomentar su autoestima resaltando sus capacidades y cualidades”.

Por su parte, el educador y fundador de Cecodap, Oscar Misle, mencionó que si bien a partir de los 13 años los adolescentes pueden empezar a formar parte de las distintas redes sociales, y tienen la capacidad y habilidad para desenvolverse en ellas, “no cuentan con la madurez para decidir si lo que están haciendo es conveniente o no”.

Misle dice que los niños y adolescentes acuden a internet y las redes sociales “para informarse sobre distintos temas y relacionarse con otras personas”, por lo que es importante que los padres y representantes sepan “con qué se recrean, de qué se informan y con quién se vinculan”, pues los ciberdelincuentes están capacitados para conocer e indagar en los intereses, necesidades y gustos del niño o niña y así crear un vínculo con ellos.

El peligro está a la vuelta de la esquina

“Las redes sociales son una maravilla, pero entrar en ellas es como salir a la calle: las personas tienen que cuidarse de con quién se relacionan, a quién se encuentran. Cuando sales a la calle, sabes que debes tener precaución”, señaló Misle. Sin embargo, es partidario de que –tal como lo establece el marco legal venezolano– “hay una corresponsabilidad entre el Estado, la familia y la sociedad que les exige garantizar y velar por la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes”.

Los expertos resaltaron que los ciberdelincuentes que se aprovechan de la vulnerabilidad de menores de edad no solo se dedican a la comercialización de pornografía infantil, sino a secuestros y trata de personas. Según cifras del Ministerio de Interior y Justicia, 19 % de las víctimas de trata y tráfico de personas son niños y adolescentes, de acuerdo con las denuncias que procesó el organismo.

El subir fotografías a las redes sociales en las que se muestra la insignia del colegio donde estudia el niño o adolescente, fachadas del lugar donde reside o el lugar donde comen o se encuentran en el momento, incrementa el riesgo de ser víctimas de la delincuencia. Jannia Orta señala que los padres deben hablar y reflexionar sobre estos temas “de una forma íntima, pero no intimidatoria”, compartiendo con el niño o adolescente los conocimientos y expectativas que ambos tienen acerca del uso de internet y las redes sociales.

La psicóloga niega que prohibir el uso de redes sociales sea una solución viable, ya que genera una tendencia a querer romper las reglas y puede desencadenar “otros problemas como el bullying” entre los compañeros de clase por temas de presión y aceptación social.

En cuanto a la vigilancia extrema de los padres, como el hecho de crearse cuentas falsas para espiar lo que hacen los niños, Orta advierte que hay que tener cuidado con eso, podría romperse la confianza. Más allá de crear una red social para espiar es mejor crear confianza y conversar con los chamos, señala.

¿Qué papel podría desempeñar el Estado en todo esto?

Oscar Misle sugiere que desde el Estado se debe implementar vigilancia y políticas comunicacionales apropiadas para disminuir la incidencia de las redes sociales en prácticas que vulneren los derechos de niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, fue enfático en señalar que no se puede proponer regular el uso de las redes sociales bajo el argumento de garantizar dicha protección, pues tal política incurriría en violación a la libertad de expresión.

Según el fundador de Cecodap, el Estado tiene que diseñar políticas con recursos y estrategias apropiadas para que el sistema nacional de protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes pueda cumplir con su función en los municipios y en todo el país, de manera tal que se brinde la información necesaria en materia de internet y redes sociales a las familias para que estas puedan tomar decisiones propias “y no exista una política que decida qué se debe o no decir”.

Jannia Orta añade que, aunado a la creación y promoción de políticas preventivas, se deben establecer jornadas de educación y manejo de las redes sociales en escuelas y comunidades, así como reforzar el sistema encargado de hacer seguimiento a las denuncias para que las mismas encuentren solución y respuesta total.


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