Diosdado Cabello pedirá que se prohíba a la dirigencia de la oposición —que haya promovido protestas contra el Gobierno— postularse a cargos de representación popular. Otros llevan la idea de enjuiciar a la directiva actual del Parlamento, a quienes Iris Varela les prometió que tenía listos los calabozos.
Caracas. En lo militar, impera una ley marcial. Los civiles son juzgados por tribunales castrenses. Y ahora, en lo político, se instala una especie de tribunal de inquisición.
La Constituyente, que entró en sesión en medio de denuncias de fraude y la petición de El Vaticano de que quede sin efecto, se convertirá en el centro de toma de decisiones contra la dirigencia de la oposición.
El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), y asambleísta, Diosdado Cabello, lleva una propuesta para inhabilitar a los diputados y líderes de la Unidad Democrática: que, mediante una medida cautelar, se impida que aquellos que hayan convocado a marchas, a protestas y estas hayan terminado con saldo de violencia y muertos, no puedan postular a cargos de representación popular.
La medida afectará, en primer lugar, a quienes deseen medirse en las virtuales elecciones regionales el 10 de diciembre. “La voy a llevar, no sé si pueda aprobarse, pero es hora de la justicia”, alegó Cabello, en reunión con la dirigencia del PSUV.
Las sanciones contra los actuales diputados, sin embargo, no se quedarán tan solo en las ideas del monaguense. El exdiputado, y electo asambleísta, Julio Chávez, planteará que el actual primer vicepresidente del Legislativo, Freddy Guevara, sea calificado como “desestabilizador, traidor a la patria” y, por ende, se le despoje de la inmunidad parlamentaria y así pueda ser juzgado por los tribunales militares. “Cometió delitos; sus llamados a protestar terminaron en muertos”, expresó.
La exministra de Asuntos Penintenciarios, Iris Varela, trae al Palacio Federal una lista de “sancionables”, como Guevara, Julio Borges y Henry Ramos, e incluso aseguró que tiene “listos los calabozos” para la “derecha apátrida”.
La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) reclamará a los poderes constituidos que coloquen sus cargos a la orden de este nuevo aforo político, comenzando por el presidente de la República, Nicolás Maduro, los representantes del Poder Judicial, del Poder Moral, y del Poder Electoral.
En 1999, Hugo Chávez y los demás poderes pusieron sus cargos a la disposición de la Constituyente que, en menos de 7 días, los ratificó. ¿En cuánto tiempo serán reconocidos Maduro y el resto? En el PSUV aseguran que será de “forma inmediata”, sin precisar días u horas.
[irp posts=”64402″ name=”Fiscalía investiga a las cuatro rectoras del CNE por inflar resultados del 30J”]Por la diatriba Parlamento-Gobierno, los diputados actuales —con excepción de los representantes del PSUV— no aceptarán el llamado de la ANC, lo que vislumbra el primer “impase” político. La disolución de la Asamblea Nacional (AN) “por su altanería” es el escenario futuro. En 1999, el entonces Congreso de la República convivió por 5 meses con la ANC y, luego, fue eliminada.
El exministro de Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, alertó sobre los riesgos que implica la ANC-2017, no solo por su carácter plenipotenciario, sino porque quedaría bajo el mando de los extremistas del oficialismo, Cabello, Cilia Flores, Varela, Delcy Rodríguez y Héctor Rodríguez.
La ANC, que debería llamarse ‘congreso del PSUV’, abrirá las puertas a la era más oscura de la historia democrática porque nació ilegítima; de una interpretación maniquea de la Constitución y sin consultar al pueblo. Y, además, es innecesaria porque no resolverá los problemas. De paso, generará un aislamiento internacional, más persecución y desintegrará la institucionalidad para hacerla a imagen y semejanza del Gobierno”, afirmó, y luego lamentó que las bases del PSUV hayan sido utilizadas para estas elecciones y hoy no tendrán representantes en esa instancia.
“La lista de ‘constituyentes’ ya estaba lista. Hubo un reparto entre los factores de poder y quienes se postularon pecaron de ingenuos. Si el triunfo de 8 millones fuese cierto, Maduro actuaría de manera magnánima. Salió a amenazar, lo que demuestra que esos números son falsos”, expresó.
El 4 de agosto comienza una nueva página de la historia en Venezuela; un Gobierno presionado por las protestas, cuestionado en el mundo, mientras la ANC se prepara para mandar.
Foto referencial: Archivo Crónica.Uno
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