Convite: En Venezuela la gente que no tiene medicinas muere con sufrimiento

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Según informe de Convite, en 8 de cada 10 farmacias monitoreadas no se consiguen medicinas para infecciones respiratorias agudas y para los síndromes diarreicos. Sus expertos aseguran que se estableció un mercado negro, incluso para la sangre. La están comercializando en 200, 300 dólares. Ahora los pacientes tienen que ir a las comunidades fronterizas para poder adquirir sus tratamientos.

Caracas. La tendencia de la ausencia de fármacos es sostenida, se calcula en 80 %, y, posiblemente, alcance 100 %. Ya no se consiguen fármacos para infecciones respiratorias agudas y para los síndromes diarreicos. Esta escasez está asociada a la morbilidad de la población.

Esos son datos arrojados por el proyecto Monitoreo del Derecho a la salud en Venezuela, que fueron presentados por Francelia Ruíz, integrante de la organización no gubernamental Convite, con la idea de describir la realidad de la crisis humanitaria en Venezuela.

Este proyecto —que va de la mano con el Índice de Escasez de Medicinas, que Convite elabora monitoreado 150 farmacias en todo el país— busca documentar los casos de violación a los Derechos Humanos.

En esta oportunidad, ampliaron su radio de acción y llevaron su cobertura a zonas como Barquisimeto, Maracaibo, Mérida y Nueva Esparta, y además hicieron una medición adicional incluyendo reportes de la segunda y la cuarta semana del mes en estudio, desde septiembre de 2017 hasta la fecha.

Ruíz, además de hablar acerca de la situación de desabastecimiento, alertó sobre la aparición de otros comercios relacionados con el tema de las medicinas, en vista de que lo poco que está llegando no alcanza, y ello ha sido así desde 2016.

Alertó que, para este monitoreo encontraron dificultad en el momento de la recolección. Muchos encargados de farmacias mostraron miedo a represalias si daban toda la información requerida. Ahora hay, dijo, presentaciones en blíster, venden las pastillas por unidades y además en moneda extranjera. Se estableció un mercado negro, incluso para la sangre. La están comercializando en 200, 300 dólares. Ahora los pacientes tienen que ir a las comunidades fronterizas para poder adquirir sus tratamientos.

Aún así lograron determinar que Barquisimeto es una de las ciudades como mayor índice de escasez (96 %) y constataron que, en Caracas, a pesar de ser la capital, la ausencia de fármacos no baja de 80 %.

Pareciera que en Caracas todo es más fácil. Sin embargo, todo se ha ido complicando. Los pacientes deben recorrer un sinnúmero de farmacias, de 10 a 15, y al final no consiguen las medicinas. Tienen que recurrir a tratamientos alternativos. Por ejemplo, aquí no hay morfina para los pacientes oncológicos, la gente está tomando un día sí y otro no los tratamientos, o toma mata de moringa, se come un diente de ajo, o simplemente deja de ir a las consultas. Hemos documentado casos de gente que ha muerto por una bronquitis, y todo por no tener medicinas.

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Hospitales en el piso

No solo el tema del desabastecimiento de los fármacos se abordó en este proyecto; Convite también hizo una evaluación en 10 centros hospitalarios.

Sobre el particular, Sandra Al Nijjar, mostró cifras que ratifican lo que a diario denuncian los médicos, las enfermeras y los pacientes: los hospitales están en crisis por los cuatro costados.

Y esto se traduce en que Convite, usando una metodología recomendada por el doctor Julio Castro de Médicos por la Salud, determinó que: en 89 % de los centros los servicios son malos o son regulares; que 7 de cada 10 tiene un servicio de iluminación entre regular y malo; que 5 de cada 10 hospitales tiene servicio de agua intermitente en cuidados intensivos y en los pabellones, y 2 de cada 10 no tiene agua nunca.

Y hay más. Este estudio, que se hizo en el mismo período que va desde septiembre de 2017 a la fecha actual, concluyó que en 3 de cada 10 hospitales no funcionan las plantas eléctricas cuando ocurre un corte de energía.

Al Nijjar comentó que en los servicios de emergencia y en los pabellones existe un grave déficit y daños en los equipos, como ventiladores, bombas de infusión y lámparas especiales, sin contar las fallas en los servicios básicos y la ausencia de personal especializado.

Más datos documentados por Convite

Solo 60 % cuenta con un sistema de tuberías para la provisión de oxígeno medicinal.

Solo 44 % cuenta con un sistema de tuberías para la provisión de aire comprimido y succión.

6 de cada 10 hospitales no tiene aire acondicionado y en cada 7 de 10 unidades de terapia intensiva ocurre lo mismo.

La operatividad por el número de camas es menos del 50 % con excepción de las emergencias.

Soluciones para una victoria temprana

Luis Francisco Cabezas, director de Convite, destacó que la caída del sector salud no es de reciente data. Calculó que tiene casi una década, pero que hoy está en niveles de colapso y está impactando negativamente en la población, generando muertes prevenibles, y que está haciendo sufrir a los enfermos. “El temor de los venezolanos ahora es enfermarse”, dijo. 

Por tanto, manifestó que el Gobierno debe aceptar la cooperación humanitaria y constituir una coalición conformada por el Estado, agencias como la ONU, Cruz Roja, organizaciones no gubernamentales y de personas afectadas, que permitan la definición de prioridades en materia de salud.

Pidió, en nombre de la institución que preside, que se reactiven los programas de planificación familiar que permitan monitorear la salud reproductiva de las mujeres antes, durante y después del embarazo; así como reactivar los programas de monitoreo de los infantes, pues la mortalidad materna e infantil ha crecido enormemente entre 2013 y 2016, cerca de 104 %, por causa absoluta de [ausencia de] un programa permanente de atención materno-infantil.

Cabezas, en su exposición, también habló de diseñar y poner en marcha un programa de subsidio condicionado (transferencia en metálico o en especias) a la asistencia del control del embarazo y luego en el control del niño sano, acompañado del plan de vacunación. No se trata de un bono de la patria, explicó, claramente, que debe ser condicionado: si la madre se controla, se toma las medicinas y se alimenta, se le da el subsidio.

Aquí se debería promover un diálogo que permita formular la Ley Orgánica de Salud y un plan rector a gran escala. Pero sucede que no hay voluntad para resolver esta crisis.

Exigiendo justicia 

Feliciano Reyna, presidente de la organización civil Acción Solidaria y de Civilis Derechos Humanos, quien compartió el podio con los representantes de Convite y con Katherine Martínez, directora de la organización Prepara Familia, destacó que lo que está ocurriendo en el país no es más que una violación de los Derechos Humanos; y destacó la importancia de la denuncia y la documentación de los casos.

Puso como ejemplo el caso de Yohonnys Hernández, un hombre de 40 años nativo de San Félix, quien recibió el acompañamiento de Acción Solidaria, Provea, Codevida, la Asociación Venezolana para la Hemofilia y Cepaz. Desde noviembre de 2016, estas organizaciones tomaron su caso y solicitaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), proteger el derecho a la vida e integridad de una persona con hemofilia. En septiembre de 2017, la CIDH dictó medida de protección y solicitó al gobierno de Venezuela que informe en ese lapso sobre la adopción de las medidas cautelares —que básicamente son el cumplimiento necesario del tratamiento— y que dé garantía fiel al derecho a la salud.

Reyna señaló que este caso es de suma importancia para la exigibilidad de los Derechos Humanos en materia de salud. “Además, marca un hito en la historia del país, pues es la primera vez que se otorga una medida así a un beneficiario al que se le ha dejado de suministrar el tratamiento necesario para mantener su calidad de vida”. Actualmente, hacen lo mismo con más de 300 pacientes con VIH, quienes interpusieron sus casos ante la Fiscalía y la Defensoría y se espera ahora la actuación internacional.

Foto referencial: Francisco Bruzco


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