Las mamás andan con los nervios alborotados, pues no saben cómo prepararle el desayuno a sus hijos. Las arepas y las empanadas son una opción costosa. Ni hablar del yogurt y las frutas. Especialistas dan alternativas para enfrentar el desabastecimiento de productos regulados, que alcanza 77 %.

Caracas. Para este nuevo año escolar 2016-17 los padres deben hacer maromas —entre el ingenio, la escasez y bajo poder adquisitivos— para poder preparar la lonchera de sus chamos. Esto representa otro golpe al bolsillo, luego de la compra del uniforme y los útiles escolares.

Las arepas, empanadas, pastelitos y panes rellenos —que son los desayunos más comunes preparados por las madres— ya no son una opción económica. Conseguir, luego de largas colas, la harina de maíz precocida o el aceite para freír las empanadas, hace que las mamás lo piensen dos veces.

Para Jaqueline Valbuena, quien tiene un hijo de 6 años que iniciará primer grado, atrás quedaron los tiempos en que compraba la merienda en la calle. Ahora, por los altos costos, prefiere prepararle el desayuno en la casa. Aunque reconoció que las cantidades no serán las mismas que el pasado período escolar.

“Es mejor gastar en el paquete de pan completo. Sale más económico que comprar todos los días en la calle. Pero con las frutas tuve que rebajar las raciones: antes con el cereal le mandaba pedazos de fresas, durazno y cambur. Ahora solo le envío cambur”, detalló la mujer, que vive en Catia.

La lonchera debe ser balanceada, pero son pocas las opciones que tienen los padres en medio de un desabastecimiento de productos regulados que llega a 77,7 %, según Datanálisis. Entre esos productos está la harina de maíz precocida. Por lo tanto, llevar un arepa o empanada todos los días es agua pasada.

Si se quiere resolver la merienda con un yogurt natural, el gasto semanal puede ser de Bs. 2.175, y este aumenta a Bs. 4.250 si lo acompaña con cereal, solo para quienes tienen un hijo.

Con dos trabajos, Ronald D’ Agosto, padre de una niña de 7 años, indicó que con la situación actual: “Ya ni un sándwich digno se puede hacer en este momento, porque no se consiguen los ingredientes”.

Su propia hija, Carolina, da testimonio de los cambios en su lonchera: “Antes comía arepa con jamón, queso amarillo y un jugo. Ahora como pan con perico o una arepa con diablitos”, contó la pequeña mientras jugaba en la plaza Bolívar con los pájaros.

Al menos 1.000 bolívares diarios pueden gastar los padres de Carolina si le compran un panqué y chicha, lo que a la semana sería un gasto de Bs. 5.000.

“No sé cómo harán las familias que solo cuentan con un salario mínimo en casa —de Bs. 22.576. Tengo dos empleos, una hija y la pasamos negras para comprar las cosas”, sostuvo el declarante que se desempeña como médico, y percibe un sueldo que ronda los 68.000 bolívares, “que no me alcanza para mucho”.

Si una pareja quiere que su hijo se alimente con todos los hierros, con algo nutritivo como un sándwich con perico, una mandarina y una gelatina, deben estar dispuestos a pagar Bs. 5.186 semanales, lo que al mes supone un gasto de más de Bs. 20.000.

Quienes prefieran algo más fácil y económico, pueden resolver con las frutas: un kilo de mandarina vale Bs. 890, la piña está en Bs. 890, el durazno en Bs. 1.200. Si se alterna con unas galleticas, los precios del paquete oscilan entre 990 y 1.495 bolívares. Precios observados en varios supermercados.

Enseñar a los chamos

Algunos padres se salen del libreto con las dificultades de conseguir alimentos como harina de maíz o trigo, leche, mantequilla, azúcar entre otros, por ello han optado por explicarles a sus hijos la situación, y que ya no se come como antes.

“He tenido que enseñarle a mi hijo a comer vegetales, yuca, auyama. Uno tiene que buscar la manera de resolver y que ellos sepan las maromas que hacemos los padres para que entiendan”, señaló Carmen Ramírez, habitante de Coche, quien tiene un hijo de 8 años.

Cada vez son más representantes quienes envían a sus hijos con solo un vaso de avena, atole o una galletica, pues la cobija ya no da para arroparse.

“Hay que enseñarle a los chamos que hay otras cosas para comer. Uno como padre se sacrifica, pero a veces ni siquiera eso alcanza”, sentenció una madre entrevistada cerca de la plaza Bolívar.

Para no morir en el intento

Los testimonios anteriores evidencian que ahora los padres, frente a la escasez, que cada día es más aguda y limitada, van a buscar la comida hasta debajo de las piedras para poder alimentar a sus hijos.

Pero según Daniela Aguilar, nutricionista de la Fundación Bengoa, ahora hay que empezar a priorizar lo que se va a comprar. “Eso es lo más importante. Comprar alimentos lo más barato posible y que sean una buena fuente de alimentación”, recomendó.

La especialista señaló que un niño que está cursando sus estudios en preescolar, debe tener al menos tres porciones de calcio al día.

“La leche es la principal fuente de calcio, pero no se consigue. Y el yogurt la mayoría de las veces es muy costoso, por lo que nos queda valernos del queso. Lo más recomendables es el requesón y ricota, pues aportan calcio”, sostuvo.

Otro alimento que podría sustituir a la arepa en el desayuno son los tubérculos, que según el nutricionista Pablo Hernández, son los que están dando la pauta.

“La yuca, batata, el ocumo, se pueden usar perfectamente para la primera comida del día. Y si tiene un poco más de ingresos económicos la avena también le brinda una buena alimentación a los niños”, indicó Hernández.

Aguilar coincidió en el uso de los tubérculos, y aportó ideas para la preparación de la comida. “La harina de trigo, que es complicado conseguirla, puede ser sustituida perfectamente por la avena, por ejemplo, para hacer las panquecas. También sirve la harina de arroz y la maicena”, aseguró.

Debido a la escasez de la leche, en cualquiera de sus presentaciones, Aguilar dijo que una opción sería darle a los chamos productos que tengan dentro de sus nutrientes el calcio. “Bebidas instantáneas que se mezclan con agua y ya están listas. Son un poco costosas pero puede ser una alternativa”, opinó.

Básicamente, la lonchera debe estar conformada por una fruta, una fuente de proteínas y otra de carbohidratos que son los que le dan energía a las personas para realizar las actividades en las próximas cuatro horas luego de ingerir los alimentos.

Foto referencial: Cristian Hernández


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