En tres municipios de la entidad han fallecido 17 personas. En julio las autoridades confirmaron tres casos y hace una semana prohibieron a los médicos de la región hablar sobre el tema.
Ciudad Guayana. El Ministerio de Salud supo en abril que la difteria había reaparecido en Venezuela. A través de un trabajo de campo del Programa Ampliado de Inmunización dio con varios casos sospechosos.
Ya en julio había víctimas. Ese mes corroboró que, efectivamente, se trataba de difteria por medio de unos análisis de reacción en cadena de polimerasa (PCR) a tres cadáveres. Agosto transcurrió con el silencio oficial, y en septiembre, la representante del departamento de inmunización, Marisol Escalona, confirmó a un grupo de médicos que 12 niños habían fallecido en Sifontes.
A esa cifra, los doctores del hospital Doctor Raúl Leoni, de Guaiparo (San Félix), le sumaron las suyas: tres que habían muerto allí y dos que murieron en el hospital Uyapar (Puerto Ordaz): la difteria tenía 17 víctimas que el gobierno de Nicolás Maduro ocultó. Hasta esta semana, cuando, y con la condición de anonimato, decidieron hablar.
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La semana pasada, cuando la Sociedad Venezolana de Salud Pública y la Red Defendamos la Epidemiología publicaron un comunicado denunciando la muerte de tres niños con difteria en Sifontes, no hubo reacciones gubernamentales.
Fue este fin de semana cuando MinSalud y el Instituto de Salud Pública —dependiente de la Gobernación de Bolívar— anunciaron una campaña de vacunación que comenzó el pasado lunes en Sifontes —cuya capital, Tumeremo, fue noticia en marzo por la masacre de al menos 17 mineros. Luego, se ha extendido al resto del estado, sobre todo a Caroní y Heres, los principales municipios.
Las alarmas han puesto a muchos a correr. Ambulatorios, centros de diagnóstico integral y hospitales se han abarrotado durante las horas de las jornadas: de seis de la mañana a cuatro de la tarde.
[irp posts=”35383″ name=”Alertan sobre posible brote de difteria luego de 24 años de erradicada”]Pero no ha alcanzado para todos. Muchos tuvieron que regresar a sus casas porque no había vacunas. A otros, inclusive, les pidieron las jeringas para sus dosis respectivas.
El gobernador Francisco Rangel Gómez prometió suministro para todos los municipios en una reunión que sostuvo el pasado lunes con los alcaldes —de la cual excluyó a los opositores, de Piar, El Callao y, justamente, Sifontes.
El alcalde Carlos Chancellor, de Tumeremo, confirmó, al igual que Rangel Gómez, los casos. Pero el secretario general de Gobierno, Teodardo Porras, desmintió los datos. Los médicos, mientras, mantienen la alerta sobre la necesidad de crear cercos epidemiológicos en varios sectores.
Foto cortesía: Wilmer González
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