Para mantener ambas ayudas económicas debe mantener un buen promedio y no reprobar ninguna materia. No sale de su casa muy temprano para evitar ser víctima del hampa.

Caracas. Estudiar en una universidad privada en Venezuela puede llegar a ser una meta muy lejana para algún joven que no cuente con una ayuda económica importante. Pagar un semestre o un año, dependiendo de la carrera, se hace cuesta arriba para los padres.

Los gastos para un chamo no solo se centran en cancelar las cuotas en la universidad, pues comprar libros, sacar copias, costear el pasaje, la vestimenta diaria, entre otras, son los gastos más comunes en los cuales el estudiante invierte dinero semanalmente.

“Desde que estaba estudiando en bachillerato mi meta era estudiar Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), pero vivo solo con mi mamá y el dinero prioritariamente se destinaba para el alquiler y la comida”, explicó Shaylim Castro, quien cursa el tercer semestre de Comunicación Social en la UCAB.

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Tiene 20 años y ya se graduó de TSU en Turismo, en el Colegio Universitario de Caracas. Agregó que culminó en julio de 2014 y en octubre del año pasado ya había iniciado sus estudios en la universidad, aunque para ser admitida no fue tan fácil.

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Estudiar en una universidad privada implica muchos gastos a los estudiantes.

“Comencé a meter los papeles que piden para realizar el estudio socio-económico, mientras que en el trabajo de mi mamá cuentan con un programa llamado Impulsadores de Sueños, allí apoyan económicamente a los estudiantes”, comentó.

Desde que Castro decidió ingresar en la UCAB ha contado con todo el apoyo de su madre, quien a pesar de tantas adversidades siempre le tendió su mano. Actualmente el semestre en Comunicación Social cuesta 33.191 bolívares, y aunque tiene dos becas, lo que más le preocupa es el pago de su carrera.

“Un mes antes de las inscripciones en la UCAB me dieron respuesta a través del “plan de financiamiento” de que me exonerarían 40% del pago, pero incluso no tenía el dinero para pagar el resto e igual inicié las clases sin saber todavía si podía tener el dinero; y justo un día antes de la fecha límite para cancelar, me dieron respuesta positiva del programa Impulsadores de Sueños, de que me ayudarían a con una parte del pago mensual”.

Si Castro no contara con ambos aportes económicos tendría que pagar 6.244 bolívares mensualmente, pero ahora cancela menos de 2.000 bolívares. Estar becada implica mantener dos requisitos básicos que son: no reprobar ninguna materia y mantener un buen promedio en una de las mejores universidades del país.

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“Pocos pueden decir que estudian en la UCAB pagando esa cantidad, aunque obviamente ha habido obstáculos”, comentó la estudiante. Otra de las dificultades que enfrenta a diario son los gastos en impresiones, fotocopias de las guías o libros que los profesores asignan en las materias. “Cada copia está en 15 bolívares y en ocasiones las guías llegan a costar hasta 2.000 bolívares”.

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Castro vive en El Cementerio, parroquia Santa Rosalía, por lo que otro obstáculo que ha tenido que sortear es la inseguridad, ya que los tiroteos y enfrentamientos entre bandas se han vuelto rutinarios a cualquier hora del día. Dice que hay algunas clases que comienzan a las 7:00 am, lo que le obliga a salir de su casa antes de las 6:00 am, pero ahora lo piensa dos veces, ya que una vez estuvo a punto de ser víctima del hampa.

“No salgo de mi casa hasta que vea que hay movimiento de gente saliendo de sus hogares. Por este tipo de situaciones tuve que retirar una materia que veía a las 7:00 am, este semestre opté por realizar una prueba de inglés para eximirla debido a que su hora de entrada es a las 7:00 am”, contó.

Actualmente trabaja medio tiempo como pasante en una página web y con su salario paga la mensualidad en la universidad e intenta rendir su quincena entre el pasaje, comida, fotocopias de las guías, entre otros.

Fotos: Cristian Hernández


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