El Ejecutivo estima que el grueso del gasto del próximo año se cubrirá con impuestos y aportes de empresas públicas, pero actualmente la recesión impacta en la recaudación y la mayoría de las industrias estatales tienen pérdidas.

Caracas. El Gobierno para el próximo año contempla un gasto de 8,4 billones de bolívares que en gran medida se financiará con impuestos y aportes de las industriales estatales, según el presidente Nicolás Maduro. Sin embargo, las autoridades estiman más tributos cuando la actividad privada está en declive y la inflación es de tres dígitos.

En la distribución de la asignación que notificó el mandatario el pasado 14 de octubre, y que omite el control de la Asamblea Nacional (AN), se prevé que para cubrir la asignación la recaudación de impuestos estará en 7 billones de bolívares y la contribución de las empresas públicas en 1 billón de bolívares. Los ingresos petroleros se calculan en 276 millardos de bolívares y el endeudamiento, en 162 millardos de bolívares.

¿Es viable ese esquema?

Ingresos tributarios. Aunque el Jefe de Estado destaca que la recaudación crece, dicho incremento, explica el economista, Carlos Miguel Álvarez, ha estado más asociado al comportamiento de los precios. De hecho, cálculos de la firma Ecoanalítica revelan que al cierre de septiembre, la recaudación en términos reales —que descuenta el factor inflación— cayó 37,7 %. De cara al 2017, la contribución se complica. Para este año, diversas firmas e instituciones proyectan una contracción de 10 % del Producto Interno Bruto (PIB) y para el próximo ejercicio, la caída se estima en 4,5 %. Ante la recesión, el economista y profesor, José Manuel Puente, señala que ese financiamiento de 7 billones de bolívares está en duda: “Tienes tres años de caída, y el 2017 será el cuarto. De manera que habrá una menor actividad económica”.

El modelo de controles tiene a las industrias contra las cuerdas y en el segundo trimestre del año las empresas operaron a 35 % de su capacidad. En un contexto negativo, las regulaciones aumentan, y ahora las plantas de alimentos y artículos de higiene deben destinar la mitad de lo que elaboren a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap). Álvarez apunta que dicha medida no tiene beneficios fiscales y “las empresas tienen que luchar contra las distorsiones para poder vender, lo que afecta los ingresos”.

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Tras la entrega del presupuesto, Maduro dijo: “Tienen que aumentarse los impuestos a los que más ganan”. El asesor del mandatario, el economista español, Alfredo Serrano, sugiere en sus escritos que los ingresos tributarios deben subir y apunta que “ante la restricción económica externa es imprescindible recaudar en el interior de manera eficiente. Es esencial implementar impuestos sobre el gran capital ocioso para los contribuyentes especiales que no destinan su patrimonio a actividades productivas”.

Aportes de las empresas públicas. El pasado año, la mayoría de las empresas estatales terminaron con sus cuentas en rojo, de acuerdo con las memorias y cuentas de los ministerios. En una etapa en la que las industrias públicas de alimentos, construcción, siderurgia, aluminio, hierro, telecomunicaciones y autos tienen un pobre desempeño, el Gobierno aspira a que cubran parte del gasto.

Según Maduro, las empresas y los bancos deben desembolsar 1 billón de bolívares. Al respecto, José Manuel Puente agrega que “todas las empresas públicas son deficitarias”. Indica que aunque las instituciones financieras y Cantv podrían dar ese dinero, ya, por ejemplo, “la capacidad de la telefónica es limitada. Los ingresos no le son suficientes para atender los gastos”.

Endeudamiento. Para el próximo año, el endeudamiento se establece en 240 millardos de bolívares, según la Ley publicada en la Gaceta Extraordinaria No 6.264. De ese monto, dijeron las autoridades que 162 millardos de bolívares se orientarán al financiamiento de la asignación del 2017. Pero la emisión de bonos y los préstamos requieren del aval del Parlamento, y el Gobierno, usando el decreto de emergencia, se está saltando ese requisito. Puente añade que “esa capacidad de endeudamiento también es un problema. Lo que se haga no tendrá el respaldo del Parlamento y ello generará incertidumbre en los mercados internacionales”.

Foto referencial: AVN


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