De acuerdo con la denuncia hecha por Ana Rosario Contreras, presidenta del organismo, ahora pretenden sustituir esos puestos con las personas formadas en el Plan Chamba Juvenil.

Caracas. “Anoche no teníamos inyectadoras en el servicio de Cirugía de la Mano, ni yelcos, ni cómo administrar los tratamientos al paciente”, repetía sin parar Ana Victoria Bajares, enfermera del hospital Miguel Pérez Carreño, dependiente del Seguro Social.

No hay alcohol, no tenemos jabón para lavarnos las manos, no tenemos gasas, ni guantes. No hay nada para garantizar la vida del paciente. Aquí no hay tomógrafos, hay más carencias cada día. Hasta la compañía de limpieza se fue. Por eso hay cada vez menos enfermeras. El último algunas cobraron 900.000 bolívares, otras 300.000 bolívares. No alcanza para el cartón de huevos, completó Bajares.

La realidad que ella describió se repite en todas las dependencias de salud.

En las públicas es más fuerte, pero también en las privadas arropa la crisis. Esto está ocasionando un éxodo muy fuerte, dijo Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermeras del Distrito Capital.

Ella lleva un promedio de 30 solicitudes a las notarías de la ciudad, para tramitar la certificación que se requiere para trabajar en otras naciones.

Además, está el tema del subregistro. Muchas se están yendo sin hacer el papeleo correspondiente. Y nos enteramos cuando están en otros países y piden que les enviemos los documentos. Son muchas y eso se nota en los servicios. Por ejemplo, en el Pérez Carreño, en la Emergencia, de 25 enfermeras ya se fueron 6, eso afecta la atención.

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De hecho, informó que están pensando hablar con los organismos internacionales que atienden el gremio para tratar este asunto y regular a estos trabajadores en el exterior a través de convenios laborales debidamente avalados.

Ana Rosario Contreras

Por ahora, en medio de la crisis de escasez y el deterioro de salario que envuelve a las y los enfermeros —que el día 9 de mayo celebran su Día Internacional— se mantiene la lucha a través de la protesta diaria.

Nosotros no tenemos nada que celebrar. No queremos botones ni diplomas, no queremos irnos del país. Queremos hospitales que sirvan, insumos, equipos, medicinas y un salario que nos permita una vida de calidad para nuestras familias, refirió Contreras.

Más allá de respuestas a sus peticiones, lo que anda en el aire son presuntas sustituciones de las vacantes con personal entrenado en el Plan Chamba Juvenil, un programa del Gobierno dirigido a la juventud, “con el propósito de incorporarlos a la ocupación laboral y productiva”.

“Eso nos parece muy mal, pues ser enfermera no es pegar curitas, como pretenden ver. Amerita una profesionalización permanente”, destacó la gremialista.

Fotos: Archico Crónica.Uno


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