El Jardín Botánico necesita 100 camiones cisterna para rescatar especies en peligro de extinción

El parque considerado Patrimonio de la Humanidad muere de sed, desidia, mengua y abandono. Un grupo de trabajadores junto con 15 voluntarios tratan de mantenerlo vivo; es por ello que decidieron reactivar la campaña Donantes de Agua para el Jardín.

Caracas. En lo que va de año, El Jardín Botánico de la Universidad Central de Venezuela (UCV) no ha recibido ni una gota de agua, razón por la que se relanzó una campaña para recaudar fondos y abastecer al parque del líquido. El objetivo es rescatar las colecciones de plantas acuáticas, atender a las palmas en peligro de extinción y mantener con vida a las especies más vulnerables. Preservar las 70 hectáreas de terreno boscoso y las 2500 especies de plantas que posee el Jardín requiere más de 100 camiones cisterna.

Desde el 2017 el sistema de riego está dañado y el jardín depende de los camiones cisterna para no desaparecer por completo. En el 2018 los trabajadores no se quedaron de brazos cruzados y lograron recolectar donaciones, provenientes en su mayoría de empresas privadas. Ahora vuelven a lanzar la misma campaña, pero la escasez de agua se agudiza cada vez más.

El jefe de Cooperación y Relaciones Públicas del Instituto Experimental Jardín Botánico Dr. Tobias Lasser, Mario Salazar, dijo que no llega ni una gota de agua desde finales de noviembre del 2018. Solo hay que esperar a que llueva o a que nos donen los camiones cisterna. Tememos que puedan desaparecer todas las especies, sostuvo.

El lugar que alberga la mayor colección de plantas acuáticas del país corre el riesgo de quedar totalmente seco. Su operatividad depende de donativos y colaboraciones de voluntarios que se niegan a dejar morir el legado de la botánica. A pesar de que algunas personas llevan 40 litros de agua a la semana, se requieren al menos 450.000 litros para recuperar el ecosistema.

Al ingresar por la entrada principal del Jardín Botánico, cercana a la puerta Tamanaco de la UCV, se ven las palmas caídas, el césped con escaso color y las plantas secas. Las instalaciones no cuentan con cables eléctricos, no funcionan los teléfonos y los baños se encuentran inhabilitados. Los empleados apenas cumplen sus labores desde las 8:00 a. m. hasta las 12:00 m., se deben ir temprano porque “no hay nada más que hacer sin agua ni presupuesto para el mantenimiento”. En este mismo horario se abre el espacio al público de martes a sábado.

Foto: Luis Morillo

La sequía arrasa, pero no hay quien responda

La temporada de sequía —que abarca desde noviembre hasta abril— es otra de las causas por las que el Jardín Botánico ha perdido más de 100 especies de plantas y palmas. Las plantas acuáticas son las que más padecen el racionamiento del servicio. Su importancia radica en que producen oxígeno para la respiración de los peces y descomponen sustancias nocivas.

Algunas especies están a punto de esfumarse por la sequía: Poaceae, Ibsorias, Crotón, Bromelias y Washingtonia. Mientras que las palmeras Datilera y palma Roja se ven afectadas por la senectud, lo cual hace referencia a que ya llegaron a su edad máxima de existencia y deben morir. Ni rastro quedó de Dichondra Argentea, mejor conocida como oreja de ratón, una especie que desapareció por completo del área verde caraqueña.

“Compartimos un tanque con el Hospital Universitario de Caracas, pero asumimos que, si llega el agua, la prioridad la tiene el Clínico. En lo que va de año no ha entrado ni una gota de agua”, enfatizó Salazar.

Los empleados expresaron que ninguna autoridad de la Alcaldía de Caracas o Hidrocapital se ha acercado a surtirles del líquido. Este lunes llegaron dos camiones cisterna provenientes de empresas privadas que no se identificaron.

En la actualidad, hay grupos de voluntarios que se ofrecen a recoger los desechos orgánicos para despejar las áreas planas. Algunos de ellos han decidido “adoptar” plantas y visitan el jardín con garrafas y botellones de agua para regarlas.

Foto: Luis Morillo

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