El petareño Acosta brilla en la LPB e inspira a sus hermanos

El piloto de 23 años es pieza clave en el renacer de Panteras de Miranda y sirve de guía para otras jóvenes promesas del baloncesto

Cristóbal Naranjo /@cristobnaranjo

Caracas. “Mi mamá siempre hablaba de que cuando estaba embarazada de mí siempre seguía el baloncesto y lo que hacía Michael Jordan”, cuenta Abrouse Acosta al término de una sesión de entrenamientos de Panteras de Miranda.

Sin duda, el gusto de su progenitora por el llamado “Deporte de los Gigantes” marcó el rumbo que tomaría el piloto de 23 años de edad, incluso antes de nacer. Esa inclinación terminó de moldearse en las canchas del barrio José Félix Ribas de Petare, de donde es oriundo el actual capitán de los felinos.

“Desde que tenía 10 años, aproximadamente, me empezó a llamar la atención el baloncesto porque eso es lo que se practica en la comunidad de donde vengo”, recuerda Acosta, quien un año después se inscribe en la Academia Alcance con sede en el gimnasio José “Papá” Carrillo de Sebucán, donde solía ver entrenar a Víctor David Díaz, uno de los referentes más importantes de su carrera.

Cinco años le tomó al mirandino darse cuenta de que su talento en los tabloncillos era razón suficiente para tomarse la disciplina más en serio. La convocatoria a una selección venezolana de categorías menores, producto de su desempeño en torneos estadales y municipales terminaron por convencerlo a los 16 años.

Rápido ascenso y apoyo familiar

En 2009, Abrouse llega a Panteras de la mano del entrenador Carlos Mercado, consejero del para entonces inexperto armador, que participa en las prácticas del primer equipo sin ver minutos en la temporada. Al final de la campaña 2012 se produce su debut en la Liga Profesional de Baloncesto (LPB) aunque no es hasta 2014 que consigue tener continuidad de juego.

“En esa temporada jugaron cuatro partidos sin mí y luego el profesor Jesús Contreras me llamó y me dijo que estuviera preparado porque iba a jugar. Mi primer juego fue contra Toros en Maracay y me pusieron como un minuto. Ya en el segundo me dieron cinco minutos, metí dos puntos, di varias asistencias y así fui surgiendo. Contra Guaiqueríes tuve mejor papel y agarré la confianza. Tomé más seriedad y le demostré a la gente que podía jugar”, rememora.

Al término de la zafra, Acosta recibe el premio Novato del Año y se convierte en el tercer jugador de Panteras junto a los vinotintos Richard Lugo (1994) y Grégory Vargas (2006) en obtener la distinción. El año pasado continúa su ascenso en el circuito rentado, lo que le vale una convocatoria a la preselección de mayores y en la temporada actual ha sido una de las piezas fundamentales en el sorpresivo arranque positivo del elenco de Bob Abreu, actualmente con marca de 6-4 en la Conferencia Oriental de la LPB.

“He trabajado para esto. Es un orgullo, aunque no estoy muy pendiente de eso. Prefiero concentrarme en los juegos y hacer mi trabajo”, señala con humildad el petareño, que asegura contar con el respaldo familiar para seguir creciendo en el baloncesto.

“Todos me apoyan. Siempre vienen a los juegos y están muy orgullosos de mí. El baloncesto me sirve para ayudar a mis hermanitos”, resalta Acosta, una inspiración para los otros dos basqueteros de la familia, sus hermanos Amos Acosta (18 años) de Guaros de Lara y Asa (17 años), integrante del combinado nacional juvenil.

Los otros tres admiradores del base son su hermana de 19 años, su padre de origen trinitario y de profesión herrero y su madre que es ama de casa y quizás la que le señaló el camino a seguir en el deporte cuando todavía estaba en el vientre y escuchaba las hazañas deportivas del mejor jugador de la historia.

Foto: Prensa Panteras de Miranda


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