La crisis en el transporte público se ha agudizado con el paso de los días en la entidad. Los usuarios pueden estar hasta una hora en las paradas aguardando por una unidad colectiva que los lleve a su destino; sin embargo, en lugar de autobuses, los que llegan a las estaciones son carritos, pickups, perreras y motos ofreciendo el traslado por precios que superan con creces la tarifa legal. Sindicatos advierten que 80 % de la flota está paralizada.

Puerto La Cruz. “Salir de Barcelona es un suplicio, uno puedo tardar hasta una hora esperando un autobús para ir solo hasta el crucero de Lechería. Desde hace una semana el problema de transporte se ha incrementado, es prácticamente imposible subirse a un autobús”. Así resume el ama de casa Yeliska Lárez, la situación del transporte público en la zona norte de Anzoátegui.

El testimonio de Lárez es similar al de cientos de anzoatiguenses que, a diario, pasan penurias para trasladarse por los cuatro municipios que conforman el área urbana de la entidad debido al déficit de unidades de transporte público.

La competencia eterna entre los transportistas por capturar la mayor cantidad de pasajeros posible ha desaparecido y, ha dado paso a una especie de frenesí colectivo por abordar cualquier vehículo que sea capaz de llevarlos hacia su lugar de destino.

Es así como vehículos de cinco puestos, mototaxis, perreras y hasta camionetas tipo pickup, sirven de transporte para aquellos que se disponen a asistir ya sea a una cita médica o a sus lugares de trabajo.

La conversación con Lárez fue sostenida en una de las paradas más céntricas de la ciudad, donde convergen todas las rutas que llevan pasajeros desde la ciudad de Barcelona hasta las vecinas Lechería y Puerto La Cruz. En medio del diálogo llegó una pickup con un muchacho encima vociferando: “¡Puerto, Puerto, Puerto a 30 bolos y pagando al subir!”, dejando en evidencia, además, la distorsión en el precio del pasaje.

Según lo acordado entre el Gobierno y los transportistas, la tarifa oficial es de un bolívar soberano; sin embargo, en la ciudad hay un festival de tarifas nada agradables para los bolsillos de los anzoatiguenses.

Pasajeros consultados indican que el asunto con las tarifas es similar al de la comida que expenden los llamados “bachaqueros”, queda a discreción del vendedor; en este caso a discreción del carro donde se trasladen.

Un vehículo de cinco puestos puede cobrar entre 10 y 30 bolívares soberanos dependiendo de la ruta que recorra, una buseta (camionetica) pide a cada pasajero 20 soberanos al subir, las pickups cobran 30 y los mototaxis piden hasta 100 bolívares soberanos por trasladar al pasajero desde Barcelona hasta Puerto La Cruz.

Ya esto es un abuso, uno paga el pasaje de acuerdo al ánimo del chofer, ya no se les dice piratas sino bachaqueros del transporte. Lo peor del caso es que esos son unos sinvergüenzas porque ellos no se quejan con quien deben hacerlo sino que nos trasladan a lo macho los costos a nosotros los pasajeros como si tuviésemos una máquina de hacer real”, indico Luis Rodríguez, mientras esperaba un autobús para dirigirse hacia su trabajo en Lechería.

Buses hay, pero sin control

Aunque muy pocos, aún quedan autobuses rodando por la ciudad. Los que se dejan ver van atestados de pasajeros. Su imagen se asemeja a la de esos memes que se consiguen en las redes sociales donde las personas van sentadas hasta en el techo. Sin embargo, no todo es felicidad, estos no cobran la tarifa establecida y ubican su pasaje en cinco bolívares soberanos.

Siempre atestados

Los primeros sorprendidos fueron los usuarios que se trasladan hacia el municipio Urbaneja (Lechería). Este jueves se encontraron con la sorpresa de un aumento “sin ton ni son” en el costo del traslado.

Ellos decidieron por obra y gracia de ellos mismos subir el pasaje y lo peor del caso es que te cobran al subir, y si le pagas la tarifa establecida, que es de dos bolívares, se te amotinan. Esto no es un trayecto tan largo para cobrar esa cantidad de dinero. Aquí uno se queja y te miran feo como si fueras extraterrestre. La misma necesidad ha hecho que la gente aguante la procesión con tal de llegar al destino”, dijo Luisa Pérez.

Para el presidente del Sindicato Único de Trabajadores del Transporte en Anzoátegui (Sutta), Lorenzo Rodríguez, la situación tiende a empeorar en virtud de que 80 % de la flota del transporte público en la zona está paralizada por falta de insumos.

Rodríguez afirma que los acuerdos a los que llegaron con el Gobierno, tras la entrada en vigencia de la reconversión monetaria, no se han cumplido, por lo que la flota de autobuses sigue en deterioro.

“Nosotros estamos en crisis, la situación del transporte en Anzoátegui es crítica, comprar un caucho es prácticamente imposible y realizarle los cambios de aceite es mucho peor. No hemos recibido ningún tipo de insumos por parte del Gobierno, las rutas prácticamente están quedando sin ser cubiertas porque no tenemos unidades suficientes. De seguir esta situación no creo que lleguemos al próximo año”, sostuvo.

Rodríguez refirió que ni siquiera se puede renovar las unidades, al señalar que cada cinco años optaban por créditos en Fontur para hacer dichas renovaciones, ya que, a su juicio, Fontur desapareció. Desde hace casi 10 años ya no han podido hacer sustituciones de la flota.

El dirigente afirma que el sistema de transporte privado en la entidad está en tal punto de la crisis que hasta las líneas de taxis han desaparecido. Solo quedan tres líneas establecidas de un universo de 50.

“Los costos de una carrera no alcanzan para mantener un vehículo, por eso es que las líneas de taxis han venido en declive, esta situación está fuera de control y no vemos que se haga algo para contrarrestarla”.

Mientras la situación del transporte se agudiza, hay una especie de batalla entre pasajeros y choferes, en la que los primeros culpan a los segundos por un mal servicio y los segundos recargan en los usuarios los costos de mantenimiento de sus unidades.

Fotos: José Camacho


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