La Facultad de Farmacia de la UCV se declaró en alerta por la escasez. Cavedro dijo que cerca de 2.500 farmacias están en riesgo de cierre y Fefarven sostiene que no hay tiempo para más mesas de diálogo.
Mabel Sarmiento Garmendia/@mabelsarmiento
Caracas. Producto de la escasez de medicinas, ahora el venezolano que sufre alguna enfermedad y se mantiene bajo régimen de tratamiento está tomando el remedio que le cae en la mano, hacen mezclan, reducen las dosis y hasta las cantidades.
Por ejemplo hay casos de personas con problemas de tensión arterial, como el de Rómulo Pisani (que incluso es farmacéutico) quien como no consigue Losartán toma Cadersantán.
“Eso no es todo, tuve que hacer una mezcla de diuréticos con distintos principios activos, y aunque sé que no es bueno, esa fue la solución que encontré. Mi caso no es el único, a diario recibo llamadas de personas que necesitan ampollas y todo tipo de medicamentos. Incluso hubo una señora que me dijo que la pastilla que le mandaron es de 25 mg y que consiguió de 50 mg. Lo que hace es que no se la toma diaria sino cada dos días, esto es una locura, la gente está desesperada. Pero ¿cómo haces? Si tienes problemas del corazón tienes que tomar medicinas y es la que te manda el médico, porque si no te mueres, contó.
Pisani, también representante de la Cámara Venezolana de Droguerías, explicó que en estos momentos consumimos muchos productos pero de pocas presentaciones, es decir, lo que está llegando a las farmacias es lo que se lleva la gente, y alertó que el inventario en las droguerías no llega a 5 días actualmente.
“El nivel de fallas de productos está cerca del 90% y esto es porque el Gobierno no termina de pagar la deuda con el sector que asciende a 6 millardos de dólares”.
Lo otro que indicó es que Venezuela es el segundo país en la región con menos farmacias por habitantes y que, con la crisis actual, están en riesgo de desaparición más de 2500 farmacias independientes. “No pueden mantenerse porque las droguerías no producen debido a la falta de insumos básicos que se compran en el exterior, por un lado y, por el otro, porque es absurdo el margen de ganancia. Aquí hay medicamentos que cuestan Bs. 5. Eso no vale el plástico ni la caja en la que lo envuelven. Aquí hay más de 500 productos con un precio de menos de Bs. 15 bolívares, 785 por debajo de los 500 y 1.056 que no superan los Bs. 100. Con esos fármacos tan baratos no cubrimos ni siquiera sus costos operativos”.
Lo otro que mencionó es que hay un déficit de 85% de las casi 2.000 moléculas (materia prima para la elaboración de las medicinas), y es por eso que no se consiguen ni los genéricos, ni los más o menos parecidos.
Citó que en los últimos dos meses se han reunido 10 veces con los ministerios de Salud, de Industria y Comercio y con el Sundee y nada que aparece la solución a la crisis, que empieza por comenzar a pagar la deuda. “Si eso no ocurre 2.500 farmacias desaparecerán”.
Pisani participó en el foro organizado este jueves 4 de febrero en los espacios del auditorio de la Facultad de Medicina de la UCV, en donde además fue exponente Freddy Ceballos, presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven), quien señaló que no hay mañana frente a la gravedad de la escasez de medicamentos.
“Los pacientes están muriendo. Ya se conoce exactamente cuál es la situación y el Gobierno debe asumir la dirección de una vez, sentarse con la industria, decir con cuántos recursos cuenta y, a partir de allí, establecer un compromiso realista”.
En este mismo espacio, la decano Margarita Salazar, declaró a la Facultad en emergencia, y se puso a disposición del Estado para buscar soluciones al conflicto.
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