Las vendedoras comentan que “lo único que no nos has quitado Maduro es la alegría. Ya no tenemos cómo llevar comida a nuestras casas”.

Puerto Cabello. Pasadas las 11:00 a. m. de este 1° de enero, Gisela Valles, vendedora de empanadas del sector El Palito de Puerto Cabello (Carabobo) solo había vendido cuatro empanadas. En años anteriores a esta misma hora ya había colocado unas 100 empanadas. La causa de esta situación: los altos costos de este alimento.

Valles manifestó que los ingredientes para la preparación de las empanadas se han elevado de tal modo que se le dificulta comprarlos. En octubre, la Alcaldía de Puerto Cabello les vendió un combo que constaba de tres bultos de harina precocida de maíz y dos galones de aceite —cantidad insuficiente— y en diciembre tuvo que pagar a los denominados “bachaqueros” por un bulto de harina un millón de bolívares. El aceite lo adquirió a 170.000 bolívares. La carne, el cazón y el queso le costó más de 350.000 bolívares.

Ante los costos de los insumos, los precios de las empanadas han subido, lo que ha afectado la demanda y las empanaderas comentaron que sus ventas han mermado en 70 %.

Carmen Yolanda Rodríguez, que vende empanadas desde que tenía 8 años, contó que no se había visto una crisis parecida. Desde hace dos años se acentuó la baja en venta de empanadas.

La mujer de 62 años reconoció que el precio de las empanadas es un golpe al bosillo de los consumidores.

Hoy tenemos que vender una empanada en 35.000 bolívares. La gente ya trae su comida, hoy he vendido solo seis empanadas y 12 refrescos.

Las vendedoras coincidieron en que lo único que no nos has quitado [Nicolás] Maduro es la alegría. Ya no tenemos cómo llevar comida a nuestras casas.

Expresaron molestas que desde hace dos meses no reciben el beneficio de las bolsas Clap y que la entrega de juguetes fue un “fraude” pues no eran de buena calidad y algunos ni siquiera servían. “Hubo casos en que a las niñas les dieron regalos para niños y viceversa”.

Las empanaderas esperan que en 2018 mejore el panorama.

Foto: Leomara Cárdenas


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