Siete exfuncionarios del Seniat denuncian su despido sin el debido proceso. Afirman que el único factor que tienen en común es que firmaron para activar el revocatorio.

Alixel Cabrera / @AlixelCabrera

Maracaibo. Van siete trabajadores de la sede de Maracaibo del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) que se presume fueron despedidos por firmar. Desde el 20 de junio, de forma pautalina emiten la remoción de sus cargos “injustificadamente”. Hoy protestaron en las adyacencias de la oficina ubicada en la avenida 5 de Julio, pues luego de años de servicio acumulados, no conciben perder sus empleos por causas políticas.

“Tengo un expediente administrativo intachable, me despidieron sin causa alguna, con un documento lleno de cualquier tipo de ilegalidades”, afirma Yelitza Badell, especialista aduanero y tributario grado 16, que acumulaba 24 años de servicio. Explica que el papel solo enuncia que se trató de una decisión del superintendente José David Cabello. La mujer explica que los perfiles de los despedidos coinciden en que firmaron para activar el Referéndum Revocatorio (RR) en contra del presidente Nicolás Maduro.

La exfuncionaria asegura que firmó las planillas de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) como “un acto de conciencia”, ahora se suma a su postura la defensa de sus derechos laborales: “Vamos a seguir con esta lucha y vamos a ejercer las medidas legales que den lugar. Yo creo que esto va a cambiar”. Añade que en todo el país existen 50 casos similares al suyo.

Enumera que para despedir a un funcionario de carrera, se debe levantar un proceso administrativo donde el trabajador tiene derecho a defenderse para posteriormente tomar una decisión. Un mecanismo que en este caso —insiste— no aplicaron. Se plantean llevar el conflicto a la Asamblea Nacional (AN), entidades jurídicas e instancias internacionales en la búsqueda de una solución.

A Milagros Echeverría, técnico tributario grado 10, la llamaron durante su suspensión médica para notificarle su destitución. “No sé porque yo soy una persona honesta, trabajadora, con 27 años de servicio, me están violando todos mis derechos y mis derechos de salud”, afirma la exempleada. Señala que en los pasillos del Seniat acecha el temor de la pérdida de puestos de trabajo: “Tenemos que ser valientes, si hay que volver a firmar, lo haría”.

Su compañera, Graciela Leal, auditora aduanera y tributaria grado 99, concuerda: “Estamos viendo qué clase de democracia estamos viviendo. La mayoría en el Seniat tiene miedo y no hay justificación”. Agrega que continuarán en la calle, en las manifestaciones a las que cada día más trabajadores se unen.


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