En Brisas de Propatria los vecinos prefieren seguir adelante y no pararle tanto a los problemas

comunidad | hombre apuñalado

La basura y los huecos están a la vista de todos. Pero según la gente esos males, así como la inseguridad, son parte de su cotidianidad

Mabel Sarmiento Garmendia /@mabelsarmiento

Caracas. En Brisas de Propatria, subiendo por El Amparo parroquia Sucre, la gente prefiere hacerse la vista gorda ante problemas como la falta de agua, la basura, los huecos y la inseguridad.

Dicen que esos males son parte de su cotidianidad y, aunque demandan respuesta de las autoridades locales en especial del alcalde del municipio Caracas, Jorge Rodríguez, sostienen que si ellos se organizan encontrarán las soluciones.

“Sí nos importa que el hampa nos azote, o que no recojan la basura. Pero esa es nuestra cotidianidad. Qué vamos a hacer, hay que salir a la calle. Aquí hay gente que dice que no pasa nada, hay quienes nos colocan una venda para que solo veamos lo bueno. Pero sabemos que hay dificultades, lo importante es organizarnos”, expresó Yetsi Vargas, vecina de la calle Miramar.

Brisas de Propatria es uno de los barrios más grandes de Catia, seguido de Los Magallanes, Alta Vista  y Gramovén, Ruperto Lugo y El Cuartel. Se calcula que más de 300 mil personas viven en estas zonas.

Para llegar hasta el sector hay dos formas: por El Amparo o por el kilómetro 3 de la vía hacia El Junquito. Aunque hay caminos verdes desde Gramovén y Federico Quiroz que comunican con esta comunidad.

La gente allí madruga todos los días. Lo hace para ir a la escuela, a sus trabajos y para llegar temprano a las colas que se organizan frente a las bodegas.

Mientras esperan la camionetica, en las esquinas se agrupan de tres o cuatro. Y, cuando en otras épocas se reunían para hablar de cosas triviales, hoy día, es fijo que la escasez  y el alto costo de la vida ocupen el tiempo de las conversaciones, eso si la noche anterior no ocurrió un homicidio y se hace el tema más popular.

El transporte, dicen los habitantes, funciona de manera regular y en las horas picos es abundante.

“En Catia se consigue camionetica para todos lados. El problema es si se cae  una vía o cuando los choros andan desatados”, indicó María Salas.

Los habitantes de este populoso barrio viven en otro mundo, con sus propias leyes. Los horarios de la recolección de la basura los impone cada quién a su conveniencia y la seguridad corre por cuenta propia.

Allí no ve se patrullaje permanente, a pesar de que a menos de un kilómetro del casco central de Brisas de Propatria  hay una sede de la Policía Nacional.

“En la parte alta todo el tiempo hay un tiroteo y la policía no sube. Además  no se consigue café y la leche ni se diga, está desaparecida del mapa. Por lo menos no nos falta tanto el agua, allá arriba”, añadió Josefina Villalba.


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