Un mes tenía esta parroquia sin tocar cacerolas. Luego de ser amenazadas con retirarles los Clap, las personas disminuyeron la agenda de protesta. La noche del 27 de junio, vecinos de la UD-3 salieron a manifestar. Se sumaron otras residencias y, pasada una hora, llegó la GNB y arremetió con todo a su paso.

Caracas. En la UD-3 de la parroquia Caricuao mucha gente durmió en los pasillos de sus edificios para protegerse de las bombas lacrimógenas, los perdigones y las balas.

El sonido de las cacerolas, que inició a las 9:00 p. m. de este martes, convocó a los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y a los grupos paraestatales que se dedicaron a reprimir por más de cinco horas a los vecinos.

En esta parroquia del oeste capitalino desde hace un mes no se desarrollaban protestas en contra de las políticas del Gobierno.

Los vecinos bajaron la guardia luego de las amenazas de algunos voceros de los consejos comunales de suspender los beneficios de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap).

No obstante, anoche la gente estaba muy molesta por la situación actual y se organizó. Primero fue en la UD-3. De ahí bajaron a tocar cacerolas. A las 9:30 p. m. se sumaron los de las UD-2 y UD-4. A las 9:50 p. m. llegaron los efectivos de la Guardia Nacional y de inmediato hubo represión, contó Carlos Carrasco Muro, líder comunitario.

Los manifestantes colocaron barricadas y tumbaron una pared de uno de los bloques.

En respuesta a los cuerpos de seguridad, los vecinos lanzaron piedras a los funcionarios motorizados. La gente se unió y armó barricadas en los accesos de la urbanización.

La misma acción se repitió en la UD-3 y en la UD-4. A las 12:00 a. m. en el sitio ya estaban presentes dos tanquetas de la GNB. Lanzaron bombas y perdigones a los apartamentos. En la UD-3 tumbaron las rejas de varios edificios y dañaron con impactos de balas y bombas algunos carros.

Los manifestantes intentaron incendiar las unidades militares, pero llegaron refuerzos en motos. Los efectivos vestían de negro y mostraban las armas sin pudor. Los vecinos se replegaron pero no acabaron con la protesta. No hubo detenidos, según Carrasco, pero sí heridos por los efectos de los perdigones.

Todavía durante la mañana de este miércoles muchos lesionados están resguardados en sus casas. Temen ir a los ambulatorios de la zona.

A primera hora del día hubo discusiones entre oficialistas y opositores cuando se encontraron en las áreas comunes verificando los daños.

La parroquia se vio con menos movimiento de lo habitual este 28 de junio. Hubo poca asistencia en las escuelas. La lluvia del mediodía tiene al transporte público operando a media máquina.

Yelmira Jiménez, de la Línea Caricuao, dijo que muy pocas camionetas salieron a trabajar debido a que hay muchas barricadas y alcantarillas levantadas.

Se protege la vida del conductor y a la unidad, además con la escasez de repuestos y el costo de un caucho en Bs. 600.000, nadie se va a dar el lujo a dañar su propiedad, dijo.

Rejas de los edificios fueron derrumbadas la noche de este martes.

Las limitaciones de transporte causaron que ciudadanos que iban a sus trabajos, a clases en el centro de Caracas e incluso en zonas más cercanas a Caricuao, como Antímano y Ruíz Pineda, perdieran el día por la falta de unidades y la sobrecarga de otras opciones de traslado.

Hoy en la mañana las calles estaban muy solas, y en el asfalto se veía el humo en las barricadas que ya estaban apagadas por la lluvia, comentó Luisa Cárdenas, quien vive en el sector cerca de la estación de la línea 2 del Metro, Caricuao.

Cárdenas también informó que hubo muchas calles, como la avenida Principal de Caricuao, que tenían varias barricadas y en el suelo los restos de bombas lacrimógenas, perdigones y hasta metras.

Protestas en Lídice

El sector de Lídice, también del oeste de Caracas, cercano a la avenida Sucre, también fue foco de protesta la noche de este miércoles. En Los Altos de Lídice, a unas calles del Hospital Jesús Yerena, las manifestaciones cobraron fuerza y recibieron la arremetida de tanquetas militares.

Habitantes regaron basura por la calle de Los Altos de Lídice.

Vecinos del sector hicieron saber que la actuación de los cuerpos de seguridad no fue la única que afectó la zona. También grupos paraestatales rondaron en motos las estrechas calles e incluso hubo allanamientos a viviendas.

A las 9:00 p. m. inició un cacerolazo que se extendió por varias zonas, y con esto muchos habitantes del lugar salieron a protestar, pero antes de las 11:00 p. m. llegaron tanquetas y motorizados de la GNB para reprimir a los ciudadanos que quemaban basura.

Un vecino, cuya identidad se resguarda por seguridad, comentó que escuchó disparos de armas largas.

Fotos: Cortesía vecinos


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