En El Cementerio no quieren acostumbrarse a la violencia

Una familia del barrio Murachí contó que no pueden recibir visitas en casa, o llegar tarde al sector, porque tienen miedo de lo que se puedan encontrar

Yohana Marra/@yohanamarra

Caracas. Llegar a casa antes de las 6:00 pm es lo más recomendable para cualquier habitante del barrio Murachí en El Cementerio. Si se forma un tiroteo, y aún no han tomado el jeep que los sube, es probable que deban esperar varias horas hasta que cese el fuego, o peor aún, caminar durante la plomazón.

Pero los vecinos no se acostumbran a vivir en esta zozobra, no quieren que la violencia sea el pan de cada día en su mesa. Una familia de la zona, contó bajo anonimato por seguridad, que cada vez que escuchan algún tiroteo se recogen rápido hacia los cuartos o la sala “porque las balas no tienen nombre” y no les queda de otra que protegerse.

Añadieron que muchas veces la policía entra al sector a enfrentar a las bandas armadas y se refugian en la puerta de su casa. “Nos da miedo de que disparen para adentro por ver a los policías refugiados ahí”. Cuando las cosas están feas no se asoman para nada hasta que baje la marea.

Por esta constante esta familia evita recibir visitas en su hogar, o ir a casa de algún amigo; les da temor lo que puedan encontrar de regreso a la comunidad. Y aún no logran adaptarse a decirles esto a sus allegados.

“Salimos solamente si nos quedamos. Si hago una diligencia y me dan las 8:00 pm me voy a casa de un pariente. Tenemos miedo de salir temprano llegar de noche. Nadie sabe lo que es vivir en un barrio”, sostuvo un afectado.

Calles como boca de lobo

En este barrio la gente no solo debe estar con el Cristo en la boca por los repetidos enfrentamientos, también deben caminar rápido y asustados hasta la casa, no vaya a ser que les salga algún hampón de la oscuridad.

Contaron que delincuentes roban o rompen los bombillos de las veredas para poder desplazarse con comodidad, cuando se caigan a tiros a sus enemigos; exigen a los vecinos a quitar la luz de las fachadas y la gente hace caso por miedo a que les hagan algo.

“Otra de las cosas que hacen es mandar a apagar las luces para montarse en las platabandas de las casas cuando entra la policía”.

Añadieron que en consecuencia las calles están a oscuras y por eso los vecinos deben caminar entre las penumbras. “Salir de aquí es un peligro, si te enfermas o te mueres en tu casa o esperas al otro día para ir al médico. No estamos acostumbrados a esta violencia ni queremos estarlo, no queremos vivir así”, dijo uno de los habitantes del sector.

Vecinos aseguraron que la violencia en El Cementerio empeoró tres años atrás, aunque hace 10 la situación comenzaba a mostrarse color de hormiga. “Desde hace poco es que vemos a los niñitos armados de arriba abajo y hay tiroteos a cualquier hora del día”.

A esto se le suma que el servicio de transporte no es el mismo de antes, no siempre suben hasta la comunidad por las balaceras. “Hace años mataron a dos muchachos y se acabó la paz en el Primero de Mayo, los Sin Techo y Los Alpes”.

La preocupación para la gente que vive en el barrio Murachí no es que los atraquen en el recorrido del jeep, si no que mientras lleguen o salgan de su hogar se forme una sampablera y ellos queden en la línea de fuego.

“No vamos a negar que si se enamoran de un celular te lo roban, pero no es lo común de la zona. Aquí lo común son los enfrentamientos”, sentenció un padre de familia.

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Foto: Cristian Hernández


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