En las comunidades claman por mayor atención, dicen que dependen de alcaldías de Vargas y Libertador, pero denuncian que ni siquiera les recogen la basura
Mabel Sarmiento Garmendia/@mabelsarmiento
Caracas. 28 años de fundada tiene la parroquia El Junquito y, en todo estos años, sus habitantes que fácil llegan a 50 mil personas no han visto luz cuando exigen respuesta a sus problemas.
Y todo, porque cuando se creó esta parroquia en 1987 perdió parte de un territorio, que luego fue asumido por el estado Vargas.
“Cuando pedimos que nos arreglen la calle, que nos manden agua o recojan la basura, las autoridades de ambos gobiernos se pelotean el asunto. De Libertador nos dicen que es competencia de Vargas y viceversa”, dijo Eddy Hernández, vocera del sector La Colina perteneciente a la comunidad Cruz Carrillo, ubicada a unos 100 metros del pueblo.
Hernández, quien es miembro del PSUV, dijo que no tiene pelitos en la lengua para denunciar las cosas que están mal. “Yo trabajé para apoyar a García Carneiro, bastante que caminé y lo acompañé durante su candidatura para la gobernación de Vargas. También participé en las mesas de trabajo para reunir a la gente, pero no me puedo quedar callada y tapar los problemas que padecemos. Aquí una vez pasa la campaña nadie viene, y ni que vengan ahora”.
Los problemas a los que se refiere en un principio son: fallas en la recolección de la basura desde hace cuatro años y escasez permanente de agua potable.
“En mi recibo de luz pago el aseo y cómo puede ser posible que aquí los camiones no vengan a recoger las bolsas. Uno tiene que colocarlas en la calle y allí pasan días. Cuando llueve se riega todo. Los acaldes de Libertador y de Vargas, Jorge Rodríguez y Carlos Antonio Alcalá respectivamente, se hacen los locos y cuando uno protesta lo tildan de escuálido. Nosotros somos de aquí, somos agricultores, conocemos esta tierra más que cualquier gallego que vino a montar negocios, entonces por qué no nos atienden”, señaló Hernández quien con propiedad habló de las veces que intentaron solucionar los problemas por los canales regulares y de las gestiones hechas para crear un consejo comunal por la vía legal.
“No hemos podido conformarnos precisamente porque tenemos problemas de territorialidad y, en consecuencia, nadie nos para pelotas”, acotó.
Males añejados
El problema con la basura en esta zona es de vieja data. Todos los consultados dijeron que desde hace cuatro años padecen por la inmundicia.
Antes tenían unos contenedores en las vías, pero se los quitaron y no les dieron otra solución para la disposición final de los desechos.
“Es por eso que siempre hay bolsas en las esquinas y eso afea el pueblo, esta es una zona turística y no hay derecho a tanto abandono”, comentó Joselín González.
Su queja fue respaldada por la de Omar Rojas, quien sumó la escasez de agua. Denunció que, aunque tienen un acueducto desde hace tres años en la zona del Tibrón, pasan las de Caín. “No nos llega regularmente y a veces tarda hasta 15 días en llegar por las tuberías”.
También por el servicio de transporte pasan penurias. Luego de las 6:00 pm no consiguen carros para bajar a Caracas y para subir solo tienen chance hasta las 8:00 pm. Cuando se presenta una emergencia en la zona cuentan con el buen vecino. “Pero si es muy caótico aquí. Queremos que alguien nos escuche y atienda, somos pueblo y además chavistas”, sentenció Eddy Hernández, quien igualmente se refirió a las gracias naturales de la parroquia “que a pesar de todo conserva sus áreas verdes, tiene buen clima y la gente la sigue visitando”.
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