En La Vega el PSUV dispuso de un Yutong y vehículos rústicos para su operación remate

La Operación remate, como se considera la maniobra del Gobierno para inducir el voto y asegurar su victoria en la última fase de la elección, tuvo efecto en los centros desprovistos de testigos. Pese al aspaviento oficialista, fue una jornada marcada por la abstención.

Caracas. Fue un cierre de mesas amañado como la instalación, según la oposición. En La Vega, Montalbán, Antímano y El Paraíso las elecciones presidenciales se desarrollaron bajo una atmósfera turbia y de abstención. La mayoría de los venezolanos convocados se quedó en casa y muchos no esperaban nada del proceso. Para Dilma Terán, líder de La Vega, la abstención facilitó la operación remate del Gobierno, con la que Maduro se aseguró la reelección para su segundo período: 2019-2025.

En La Vega, el madurismo usó todo su poder para movilizar a sus adeptos en la Operación remate. Hubo un autobús Yutong y rústicos para trasladar a votantes al colegio Luis Ezpelosín.

La estrategia era evidente. Algunos carros particulares, que según aseguraron vecinos fueron contratados por el Gobierno, llevaban mensajes alusivos al servicio de traslado. En esa zona, más de un parabrisas exhibía consignas a favor del Gobierno.

Trasladamos al pueblo a votar sin cobrar porque este es un derecho y no se va a ver afectado por la falta de transporte, decía un conductor en cuyo carro trasladó a 12 personas de su comunidad. Un servicio por el que, aseguró, no recibió un solo bolívar. Era espontáneo, según dijo.

La operación remate, como se considera la maniobra del Gobierno para inducir el voto y asegurar su victoria en la última fase de la elección, tuvo efecto en los centros desprovistos de testigos.

Gilberto Morales, quien ejerció su voto en el colegio La Concepción de Montalbán, dijo que en las zonas populares se entregaron prebendas para inducir el voto. En mi edificio, ubicado en Montalbán III, se entregaron las bolsas Clap el jueves pasado, la segunda vez en un mes. Y nos pidieron que no defraudáramos a Maduro. Que lo apoyáramos, contó Morales.

Pese a todas las maniobras, fue una jornada marcada por la abstención. En la Unidad Educativa Amada Schenell, la segunda más grande de La Vega, solo votaron 3001 electores de 6700,de acuerdo con el coordinador de centro.

En La Concepción, el centro más grande de La Vega, cuyo Registro Electoral suma 7741 personas, solo habían votado 711 electores al cierre de jornada, lo que es igual a decir menos del 10 % de su población.

En el preescolar Luis Ezpelosin, donde hay 1508 electores, calculan una participación de 50 %. Allí faltaron los testigos de Henri Falcón y una mujer que admitió ser adepta al PSUV se presentó como testigo del líder de Avanzada Progresista.

La abulia, que dominó el evento, se orquestó en todo el oeste de la ciudad. En el liceo Aplicación de Montalbán, un sector disidente, solo 700 electores de más de 5000 atendieron la convocatoria del domingo.

Quienes decidieron participar acudieron graneados. No hubo colas en las afueras de los planteles a excepción de los puntos rojos, donde sobró quien convidara a los electores para escanear el carnet de la Patria. Se trata de una estrategia a la que Maduro ha hecho honor durante sus alocuciones y a la que le debe buena parte de su apoyo.

En el liceo Aplicación de Montalbán se ausentaron los 7 miembros de mesa y fueron sustituidos por los suplentes. Ello provocó un retraso en la instalación de las mesas que fueron abiertas a mitad de mañana.

En el Teresiano de El Paraíso solo sufragaron 199 electores de 1200. El coordinador de centro, quien pidió no ser identificado, dijo que era la mayor abstención en la historia de esa institución, donde ha colaborado durante siete elecciones de manera consecutiva.

Las autopistas, avenidas y calles desoladas en las parroquias El Paraíso, Montaban y La Vega eran tal vez la mayor muestra de la desmovilización de una población que aún cuando desea un cambio decidió no acudir a las urnas por falta de garantías.

No hay efectivo, el transporte falla mucho y la gente está desilusionada, desmotivada por la crisis que parece empeorar conforme pasan los días, se lamentaba Alfredo Flores, en los predios del Instituto Santa Elena en El Paraíso. En ese plantel solo acudieron 199 electores de 1200. Los miembros de sus dos únicas mesas fueron sustituidos en reiteradas ocasiones por diferentes razones.

En el liceo La Vega, en la parroquia homónima, los oficialistas no se despegaron de la puerta. El punto rojo no era exactamente de ese color, pero sí estuvo muy concurrido. Una mujer, que llevaba una cuenta de votantes en la entrada del centro, dijo que a diferencia de otras parroquias allí la participación había sido satisfactoria. Aquí la gente sabe que el voto es la única vía para estar bien, afirmaba mientras trazaba una nueva rayita en su cuenta.

Fotos: Julio Materano


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