En Monagas el dólar desplazó al bolívar aunque muchos no entiendan la lógica cambiaria

El dólar cada día gana más terreno y pagar con la moneda extranjera es un hecho cada vez más palpable. Desde un negocio informal hasta tiendas en centros comerciales han adoptado este método de pago que ha desplazado la moneda de curso legal: el bolívar.

Monagas. La Constitución de Venezuela, en su artículo 318, establece que la unidad monetaria es el bolívar, pero desde hace varios meses como consecuencia de la disminución del poder adquisitivo y la hiperinflación, los ciudadanos han adoptado una dolarización informal como alternativa para que sus ahorros no pierdan valor. El dólar desplazó al bolívar.

Los testimonios sobre la dolarización de la economía son cada vez más comunes, y la moneda estadounidense se ha convertido no solo en la forma de pago, sino en la referencia para establecer precios en bienes y servicios.

Caminar por las calles del casco central de Maturín implica escuchar en cada conversación  “¿en cuánto está el dólar hoy?” o “estos zapatos están en 30 trump” –modismo que usan los maturineses para referirse al dólar–. Pese a que esto es una práctica que no está enmarcada en la ley, en Monagas, como en cualquier lugar de Venezuela, se realiza de manera normal.

La dolarización informal no solo ha calado en tiendas físicas, sino también a través de plataformas virtuales; representa un mercado donde la compra y venta de dólares se ha vuelto la protagonista.

Foto: Luis Morillo

En la capital monaguense ya el comerciante no condiciona la forma de pago, sino que el cliente ofrece. “Te voy a pagar en dólares, porque no tengo bolívares”, suelen ser los argumentos.

Es una situación que se ha tornado normal, pero no legal. Los comerciantes plantean su punto de vista: “Nadie va a invertir para perder. Nosotros vendemos a como esté el dólar del día. No obligamos a nadie a pagar en dólares, pero siempre nuestra sorpresa es que el mismo cliente decide que esta sea la forma de pago.”

El comerciante adopta esta práctica para no perder en inversión y el ciudadano para que no se desvaloricen sus ahorros. Sin embargo, para quienes no tienen el acceso a divisas la dolarización es un motivo de angustia.

Carlos Caña, maestro de profesión, comenta que el hecho que la ciudad está sumida en una dolarización no declarada, genera en él frustración y mucho estrés.

Yo gano sueldo mínimo, mi preocupación no es comprar dólares sino comida. Yo no tengo acceso a esa moneda. Pero hace días mandé a reparar el televisor de mi casa y me cobraron 45 dólares o el valor al cambio. Yo pensé: ¿De dónde voy a sacar ese dinero? Y así como eso, otras cosas más. Uno tiene que buscar actividades que le generen otra entrada de dinero para sobrellevar esta vida.

Para Eduardo Meneses son ajenas las transacciones en dólares y dice que no entiende cómo ahora todo se maneja en esa moneda.

“Yo trabajo de transporte escolar y a veces los representantes me pagan en dólares sin yo exigirlo, pero yo no entiendo eso de dólares, yo no me hallo con esos billetes. Le tengo que preguntar a mis nietos porque desconozco el valor del dólar en bolívares”.

“Son $10, está barato”

Miguel Véliz, profesor y economista, señala que en Monagas hay una dolarización de facto y los ciudadanos ven los bolívares con cierto recelo, queriéndose deshacer de ellos y convertirlos en una moneda que no pierda la capacidad de compra.

Los monaguenses, y toda Venezuela me atrevería a decir, han trasladado sus necesidades a una moneda que pueda resguardar su economía. Hace días en una heladería decían que 10 dólares era barato. Cómo va a ser barato, si 10 dólares al cambio de hoy, 18 de octubre, serían 190.000 bolívares, lo que rebasa una quincena del salario mínimo, con aumento incluido”.

De acuerdo con lo que explica el economista, parte de los dólares que circulan en el país provienen de las remesas de los venezolanos que están en el exterior.

“Ya el dólar está en el mercado desplazando irremediablemente al bolívar. Algunas empresas privadas pagan bonos en dólares, nuestra economía está dolarizada, menos el salario de los empleados públicos”, agrega Véliz.

Precisa que pese a que el dólar ha dado un respiro a la economía venezolana y la mantiene estabilizada; a su juicio el gobierno no dolariza el país porque no cuenta con el dinero suficiente para cancelar la nómina de los empleados públicos.

El gobierno no tiene la capacidad de pagar su propia nómina (empleados públicos). De dolarizar en Venezuela acabarían con las reservas internacionales, puntualizó.

Pese a esto, no descarta la posibilidad que una economía en divisas sea viable en el país, afirmó que ya la dolarización existe, pero sin decretos del gobierno.

El poder adquisitivo en Venezuela ha ido disminuyendo aceleradamente desde hace aproximadamente tres años. Pero desde principios de 2019 el decrecimiento ha sido más rápido, lo que hace cada vez más imprescindible la adquisición de monedas extranjeras para resguardar ahorros y cubrir necesidades; por lo que se han generado matrices de opinión con respecto a una supuesta inflación en dólares.

La Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional indica que la inflación en septiembre se ubicó en 23,5% y aunque la misma se ha desacelerado, los precios en el mercado continúan repuntando de manera más acelerada que el dólar paralelo. El BCV incluso la calcula en 52,2 %, según la data recientemente publicada.

Lo cierto es que si enero de 2019 se necesitaban  10 dólares para adquirir un bien, en octubre del mismo año se necesitan alrededor de  22 dólares.

“Yo compre una tablet en mayo en 100 dólares y hoy, la misma, cuesta 130 dólares.Todo va aumentando, hoy una hallaca cuesta 5 dólares, pero de aquí a diciembre seguro costara el doble. Esto que está pasando con los dólares ni yo mismo lo entiendo”, comentó Alberto Contreras.

Falta de políticas gubernamentales aplastan el bolívar

Aunque en oportunidades el Gobierno nacional ha dejado claro que la moneda de curso es el bolívar, también ha otorgado libertades para que algunos mercados se realicen transacciones en dólares. Como en el sector turismo y la importación de vehículos.

En Monagas, debido múltiples denuncias realizadas por los consumidores, se ha iniciado una persecución a los comerciantes para evitar la venta de artículos en dólares. Sin embargo, no se ha creado una política de gobierno regional, mediadora y constante para llegar a acuerdos con quienes expenden los productos en divisa extranjera; como consecuencia continúa el mercadeo en dólares, pese a que una gran parte de los maturineses no tiene acceso a esta moneda.


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