Los vecinos crearon 21 grupos de WhatsApp, en el cual incluyeron a funcionarios de Polisucre y la Alcaldía del Municipio Sucre, para alertar ante cualquier situación irregular
Yohana Marra/@yohanamarra
Caracas. En la unión está la fuerza. Así pensaron los vecinos de las tres etapas de Palo Verde, para actuar contra la inseguridad. Por eso utilizaron las redes sociales para comunicarse y avisar acerca de cualquier situación irregular.
Tras constantes protestas y reuniones con miembros de la Alcaldía del Municipio Sucre, así como con Polisucre, probaron las opciones de Twitter y Facebook. En ambas abrieron cuentas para expresar su descontento, no solo con la delincuencia sino con el resto de los males que los atormentan como la basura, el agua y el tráfico.
Actualmente el usuario de Twitter @vecinoPaloVerde tiene 14.500 seguidores y el de Facebook, Vecinos de Palo Verde, 5779 miembros. “La primera vez sufrió un hackeo, luego abrimos otro y ahora somos más”, contó Inés Rivas, miembro del comité de seguridad, organizado también por ellos.
Pero los residentes aspiraron por más y crearon 21 grupos en WhatsApp, en los cuales incluyeron a policías y funcionarios de la alcaldía. Inés agregó que además de las quejas, la función principal es activar a las autoridades.
“Afortunadamente la tecnología está muy avanzada y por ahí avisamos si vemos a alguien sospechoso, si robaron a alguien, entre otras cosas”.
Además de los grupos tienen otra opción de alerta más rápida: tocar pitos o cacerolas. La vecina detalló que en repetidas ocasiones alguien alerta haciendo ruido desde su ventana y el resto se activa. En caso de que no evite el delito, avisa al resto e incluso a algún funcionario si se encuentra cerca, pese a que únicamente Polisucre los apoya con el patrullaje y tienen un solo vehículo, que se dañó.
Casetas de vigilancia
El grupo que conforma el comité de seguridad propuso la construcción de al menos cinco garitas, en puntos específicos de Palo Verde. Como conocen los reglamentos y no se puede cerrar la vía pública, plantearon que la baranda quede permanentemente hacia arriba.
“La idea es que si ocurre algún secuestro, por ejemplo, los vecinos nos activemos los pitos y los vigilantes bajen las barandas para evitar que los delincuentes salgan de la urbanización”, explicó José Garzón, también miembro del comité de seguridad.
Esta solicitud se la pasaron a los encargados de la construcción del Metrocable (por la responsabilidad social) y los vecinos acordaron costear el resto de los gastos, como el sueldo del personal y el mantenimiento.
“Nosotros hicimos la solicitud, estamos esperando. Consideramos que esto va a disminuir la inseguridad. Nosotros mismos estamos pendiente de nuestra seguridad, porque aquí vivimos una zozobra diaria”, agregó.
Al Metro también le pidieron otra parada de Metrobús en la calle 16, donde ya hay dos, en vista de que la gente debe esperar dentro de los edificios que pase el transporte y cuando lo observan, a lo lejos, salen corriendo para poder montarse. “Los roban mientras se quedan parados, entonces prefieren correr cuando lo ven”.
Cada residencia cuenta con circuito cerrado de cámaras y faros de luz, que les fueron donados, ya que las calles cuentan con deficiente alumbrado eléctrico.
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